Cese de fuego en el Medio Oriente:

Una visión palestina

El periódico ‘Al Quds’ es el más leído en los territorios palestinos y en Jerusalem Oriental. En su sitio de Internet realiza encuestas de opinión ‘on line’ que muestran cuáles son los temas que preocupan a los palestinos y cuáles son las tendencias, aunque no se trate de un estudio de opinión hecho por una consultora o una universidad respetando todos los cánones. La pregunta del pasado sábado 2 de diciembre de 2006 era: ¿será mantenido el cese del fuego entre israelíes y palestinos? Las respuestas fueron interesantes.

Por Jorge Hasper (Desde Israel)

La mayoría (1.556) optaron por el sí (70,48%), 552 votaron por el no (28,4%) y 104 manifestaron no tener posición al respecto (4,68%).
Si tomáramos esta encuesta como expresiva de la calle palestina el resultado es optimista. Y a la vez el caricaturista de ‘Al Quds’ eligió un tono más cauto, pesimista o realista: dibujó a una mujer mayor de espaldas, vestida con ropa de campesina, pañuelo sobre su cabeza, rodeada de destrucción, proyectiles servidos sobre el piso, limpiando con su escoba un ladrillo sobre el que estaba escrito ‘jaritat el tariq’ o, en castellano, ‘Mapa de Rutas’, el plan que en su momento fue aceptado por israelíes, palestinos, Estados Unidos y la Unión Europea.
El caricaturista de ‘Al Quds’ (en castellano, ‘Jerusalem’) expresaba así la cautela que hay que tomar al actual cese del fuego: ya fueron diseñados decenas de planes, iniciativas y cumbres diplomáticas que terminaron a los balazos. Pero en este caso el interés palestino no es menor que el israelí en la vigencia del mismo.
En el caso palestino, el cese del fuego viene a servir el interés superior: levantar el cerco económico y político declarado por las potencias contra el pueblo palestino desde las últimas elecciones que le dieron la victoria al Harakat al Mukawama el Islamia, el Movimiento de Resistencia Islámico, más conocido por su sigla, Hamas.
El premier palestino, Ismail Haniyeh, lo declaró en foros internos del movimiento: está dispuesto a dar un paso al costado, hacer un «renunciamiento histórico» y permitir que un personaje de consenso nacional ocupe su lugar y entrar en una especie de gobierno de coalición. La política del Hamas ya empezó a dar sus frutos: la Liga Árabe aceptó, hace unas tres semanas atrás, levantar el cerco y volver a enviar aportes a la AP (Autoridad Palestina).
Lo que Haniyeh quiere, y lo dijo públicamente, es que implementen la resolución y que abran la canilla de los dólares.
Los empleados públicos de la AP no reciben sus sueldos desde hace meses, y salen en distintos lugares a manifestaciones de protesta como una realizada en Ramallah en la cual corearon consignas de «no a Haniyeh, queremos a los ‘jaramie'». Es decir prefieren a los ladrones antes que a Haniyeh. Los corruptos son los personajes de la administración anterior, hombres de Al Fatah, de la corriente del presidente Abu Mazen y el extinto Yasser Arafat.
A estas manifestaciones les siguieron contramarchas de «lealtad» al Hamas donde expresaron la voluntad de comer pan árabe con ‘zaatar’ (un adobe que crece en las montañas) antes que caer rendidos ante los designios de las potencias extranjeras.
Pero Haniyeh entendió que con manifestaciones y declaraciones no se gobierna y sólo con pureza y ausencia de corrupción no es suficiente.
Por ello es que Haniyeh inició su primer gira por el mundo árabe e Irán: para quebrar el cerco.
En sus encuentros con la prensa se refirió a la creación de un Estado palestino independiente sobre la totalidad de los territorios ocupados en la guerra del ´67. Pero ante las preguntas de los periodistas, rehusó decir si eso era una fase dentro de un proceso, o el fin de las exigencias palestinas.
Con el presidente de Irán fue un poco más franco, Haniyeh dijo que «la Intifada continuará hasta que se cumplan los ideales palestinos y sea liberada Al Quds».