En 1996 llegaron a Israel los primeros inmigrantes de esta colectividad, que se consideran parte de la judeidad dispersa en la órbita afroasiática al escindirse y luego ser conquistado el reino de Salomón.
Las autoridades rabínicas reconocen el nexo entre esta comunidad oriunda de la India y el conjunto del pueblo judío y resolvieron facilitar la integración de sus núcleos familiares a la sociedad israelí.
El Rabinato Sefaradí entabló, asimismo, contactos en Portugal con descendientes de “anusim”, que abandonaron hace cinco siglos la grey judía por presión inquisitorial hispana, pero todavía no se expidió en cuanto a la identidad de estas familias.
En Israel ya viven varios millares de oriundos de diversos grupos étnicos judíos provenientes de India y zonas aledañas, como los “Hijos de Israel” (Bené-Israel).
En los últimos días se observa un importante incremento en el flujo inmigratorio a Israel: además de los “Bnei Menashe” arribaron, con intención de radicarse, judíos de Etiopía, Venezuela y otros países.
El grupo “Bnei Menashe” cuenta con unos 8.000 miembros.