Argentina

Un ejemplo de convivencia

La Primera Jornada Deportiva por la Convivencia se desarrolló en el Cenard el lunes 20 de noviembre, con la participación de más de 200 alumnos del Instituto Argentino Árabe Bin Al Jattab, el Instituto Bet El, el colegio William C. Morris y la Federación Intercolegial Católica Deportiva Argentina.

Por Pablo Pejlatowicz

El encuentro fue organizado por la Secretaría de Culto, junto con la Secretaría de Deporte y la Dirección Nacional de Juventud con el propósito de integrar a chicos de distintas confesiones religiosas a través de la actividad física.
Los alumnos de las cuatro escuelas se dividieron en cuatro equipos y jugaron mezclados en fútbol, básquet, voley, atletismo y hockey sobre césped.
Sin importar la religión o el deporte, los chicos de 11 a 14 años que participaron de la jornada se sentaban con sus respectivos equipos a charlar mientras esperaban al próximo partido o desafío.
En la ronda formada por los equipos gris y blanco de hockey, Valeria, de Bet El, analizó las relaciones que se dieron en la Jornada. “No importa de qué colegio vengas, si jugás bien, te llevas bien en la cancha, y si tenés buena personalidad, te llevas bien afuera.”
“Podés hablar un poco, pero no vas a intercambiar teléfonos o el contacto de MSN (un popular servicio de mensajería por internet).”
Sus amigas Edna y Julieta tenían un propósito a cumplir: jugar y relacionarse con gente de otras religiones de su misma edad.
A los 11 años se dan cuenta que el deporte es una excusa para lograr la comprensión entre distintas religiones o culturas.

Honestidad

‘Los chicos no mienten, a veces exageran’ es una frase conocida y no por eso menos cierta. En fútbol, hockey y básquet, los participantes reconocían a los mejores en su disciplina antes que fueran premiados por los organizadores.
Veinte jóvenes deportistas de hockey de tres colegios, amuchadas en ronda, interesadas en la entrevista, estaban de acuerdo en que la mejor jugadora era Camila Barbieri del Colegio San Agustín, que reconocía orgullosa sus años de juego a nivel competitivo.
Del colegio San Agustín salió también una propuesta distinta: Agustina, Camila y Angie creen que otro método de acercamiento entre las distintas escuelas y religiones sería “un campamento, un viaje por una semana”. “Perdemos más días de clase que con la Jornada, y hacemos otras cosas”, festejaban las alumnas de Bet El y San Agustín.
A los futboleros les convenció la iniciativa de compartir a través del juego y el deporte.
Sebastián y Franco, de Bet El; Nicolás y Sergio, del Instituto Arabe; y Gastón Rojas y Leandro Mele, del William Morris, coincidieron en la posibilidad de un reencuentro deportivo.
Gastón tenía dudas sobre la gente con la que iba a participar. “Pensamos que los chicos del colegio árabe y el judío iban a ser diferentes, hablar distinto, pero no, son iguales.”
“Sé que no comimos carne porque los de Bet El no podían, pero no me molestó ni se notó en la comida, aunque no estaba muy buena”, agregó.
Emiliano, del ganador equipo blanco en fútbol, celebró que “hubo cero discriminación” en los partidos.
En la entrega de premios, después de todo un día de estar divididos por equipos y disciplinas, los niños se fueron juntando con sus amigos.
Nueve alumnos de entre 10 y 11 años, del Instituto Arabe, relataron contentos sus experiencias dentro y fuera de la cancha y resaltaron que no encontraron diferencias con los otros miembros de sus equipos de fútbol, básquet, hockey y atletismo. “Me peleé con una piba que llamamos ‘Alejandro’, pero va a mi colegio, ya nos conocemos de antes”, contaba exaltado Martín, uno de los líderes en el medallero de atletismo junto con Alan, del mismo colegio, que no perdía momento para mostrar sus medallas.
Mientras tanto, Nicolás, estudiante del Instituto Arabe, demostraba su conocimiento de la cultura judía imitando una kipá (solideo), separando un accesorio de su gorra.
“No me gustó ninguna chica de otro colegio – dice Nicolás y agrega-, aunque Berenice es linda”.
Berenice es del mismo instituto y compitió en atletismo junto con alumnos del colegio evangelista William Morris, pero tiene una particularidad: fue la única entrevistada que se mostró aliviada al enterarse que no jugó con estudiantes de Bet El y dijo “menos mal que no nos enfrentamos con los judíos.”
Ante la sorpresiva declaración, sólo atinó a decir “tengo prejuicios, no se por qué. No conocí ninguno, pero me parecen tacaños y sucios”.
Nadie más compartió esa opinión, ni siquiera su amiga Luján que estaba contenta “por pasar un día con deportes al aire libre”.
En el marco del juego, la experiencia inédita de esta Primera Jornada Deportiva por la Convivencia permitió a chicos católicos, evangélicos, judíos y musulmanes un momento para conocerse y respetarse unos y otros y así dar un ejemplo positivo a la sociedad.