Dos horas antes de la llegada del féretro con los restos del ex ministro de Industria Pierre Gemayel desde su pueblo natal, decenas de miles de personas marcharon en torno a la Plaza de los Mártires de Beirut, cerca de la catedral donde la familia del político asesinado tiene previsto celebrar una misa. La policía libanesa estima que 800 mil personas participaron de la marcha y del funeral.
Hombres, mujeres y niños agitaban banderas rojas, blancas y verdes de El Líbano y algunos portaban pancartas con el rostro de Gemayel, en una ciudad fuertemente custodiada por policías y soldados y donde colegios, negocios, bancos y dependencias públicas permanecieron cerrados.
“El segundo levantamiento de la independencia fue lanzado hoy para cambiar y no se detendrá,” dijo el padre de Gemayel, el ex Presidente Amin Gemayel, a la multitud en el centro de Beirut, detrás de un vidrio antibalas. “Prometo que pronto daremos los pasos necesarios para que sus esfuerzos no sean en vano”.
Gemayel, de 34 años, fue asesinado el martes pasado cuando dos autos bloquearon su vehículo en una esquina cerca de Beirut y un hombre le disparó varios balazos.
El joven funcionario fue la sexta personalidad antisiria asesinada en El Líbano en dos años, una serie que comenzó con el atentado que mató al ex primer ministro Rafik Hariri en feberero de 2005.
La marcha, como se esperaba, se tornó una demostración de sentimientos antisirios, y muchos quemaron fotos del presidente sirio y de dirigentes libaneses pro Damasco, entre ellos el presidente del Líbano, Emile Lahoud y líderes del partido islamista Hezbollah.
Políticos y personalidades musulmanes sunnitas, drusas y cristianas de El Líbano acusaron a Siria del asesinato de Gemayel, hijo del ex presidente Amin Gemayel y miembro de una de las familias cristianas más influyentes del país. Siria condenó su asesinato y negó cualquier implicación.