En una reunión de emergencia, los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas han dado el visto bueno al establecimiento de una instancia judicial que deberá enjuiciar a los implicados en la muerte del ex Primer Ministro Rafic Hariri y de otros atentados perpetrados en El Líbano desde octubre de 2004.
Los asesinatos de Hariri y ahora el de Pierre Gemayel han sido adjudicados a grupos pro-sirios que actúan en El Líbano.
Tras la aprobación en el Consejo de Seguridad, será el Gobierno libanés, de acuerdo con sus leyes, el que decidirá la formación de este tribunal especial.
El Líbano, a través de su ministro de Interior, Ahmed Fatfat, acusó a Siria de estar detrás de los 24 balazos disparados este martes contra el vehículo de Pierre Gemayel, ministro de Industria y líder del partido cristiano, que murió poco después en un hospital.
El asesinato de Gemayel, miembro de una de las familias cristianas maronitas libanesas más influyentes del país, ha reavivado la mecha entre partidarios y detractores de la influencia Siria.
Pero el Gobierno sirio se apresuró a condenar el atentado y lo hizo antes que ningún otro país árabe: «Este crimen terrible tiene el objetivo de atentar contra la estabilidad y la paz del pueblo libanés», dijo la fuente, que destacó «el interés de Siria en la seguridad, la estabilidad y la unidad de El Líbano».
Se trata del primer atentado contra un miembro del Gobierno libanés desde hace un año, y se suma a otros perpetrados desde el asesinato de Hariri. En diciembre de 2005 la explosión de un coche bomba en un barrio industrial en el este de Beirut causó la muerte al diputado y periodista crítico de Siria Yubran Tueini, su chófer y otras dos personas.
Horas después de la muerte de Geyamel, el diputado para los asuntos del Parlamento, el también anti sirio Michel Pharaon, salió ileso de un atentado perpetrado por un grupo de desconocidos que disparó contra el parlamentario desde un vehículo cuando transitaba por el barrio de Achrafie, en el centro de Beirut, según su oficina de prensa.
El grupo chiíta Hezbollah, en las antípodas políticas de lo que representaba Pierre Gemayel, también condenó el atentado y reclamó «que no se acuse precipitadamente a otra parte o a otro país» por el atentado, en palabras del jeque Hasán Fadalah, parlamentario de Hezbollah, en declaraciones a la cadena televisiva ‘Al Arabiya’.