En medio de la fuerte interna desatada entre Abbas y Arafat, legisladores palestinos dijeron estar trabajando en un acuerdo de compromiso para definir los poderes de ambos para tratar de evitar, así, la renuncia del primer ministro.
Arafat rechazó de plano las acusaciones israelíes y americanas en las que afirman que está fomentando la violencia extremista y obstruyendo el plan de paz. Pero, como contrapartida y casi borrando con la manga lo que escribiera con la pluma, sigue negándose a entregar a Abbas el control de las fuerzas de seguridad palestinas, una decisión considerada estratégica para detener al terrorismo palestino.
Israel en guerra contra Hamas
Mientras tanto, del lado israelí, ayer se afirmó que llevarán a cabo una guerra total contra Hamas, organización que ya fuera blanco de seis ataques israelíes en menos de dos semanas, al tiempo que sostenía la amenaza de la expulsión de Yasser Arafat.
Ayer, tal como ya informáramos, el ministro de Defensa de Israel, Shaul Mofaz, manifestó que Arafat debe “ser borrado de los anales de la historia” advirtiendo que el líder palestino podría ser expulsado antes de concluir el año.
