Miles de policías fueron desplegados en los centros urbanos y a lo largo de la frontera con Cisjordania.
Tan sólo en el centro de Jerusalem fueron movilizados 2.500 policías para mantener el orden durante la oración musulmana de los viernes en la mezquita de Al Aqsa.
El Ejército israelí también impuso un cierre a Cisjordania y la Franja de Gaza, por lo que los palestinos no pueden entrar por los cruces fronterizos con Israel, con la excepción de unos 7.000 médicos y trabajadores sanitarios, clérigos y palestinos que trabajan en la cosecha de aceitunas. Igualmente «permanecen abiertos los pasos fronterizos de Karni, Erez, Sufa, Nahal Oz y Kerem Shalom», todos ellos con Gaza, para el abastecimiento de mercancías.
Una portavoz militar israelí dijo que el cierre hacia y desde los territorios palestinos se prolongará al menos hasta la noche del sábado 11 de noviembre.
Los palestinos que necesiten tratamiento médico también recibirán permisos especiales para ingresar a Israel, precisó la portavoz.
Las autoridades israelíes dijeron tener información de inteligencia según la cual unos 80 ataques estarían en distintas etapas de planificación.