Elecciones en DAIA:

Aldo Donzis es el nuevo presidente

Fue elegido luego de ganar en primera vuelta por 83 votos (54,2%) contra 60 de Abraham Kaul (39,2%). El tercer candidato (del Bloque Religioso), Natalio Fichelson decidió retirarse de la elección antes del inicio de la misma. ¿Quién es y qué piensa Donzis?

Aldo Donzis fue vicepresidente (2001-2003) y pro-tesorero a cargo de Planeamiento Estratégico (1999-2000) de la DAIA.
Casado y con tres hijos, estuvo a cargo de la Escuela para Dirigentes Voluntarios de Leatid. Fue fundador y presidente de la Fundación Tikvá (de las comunidades del sur bonaerense), presidente de la escuela Bet Am de Lanús (1978-1989) y obtuvo en 1990 el Premio al Dirigente Joven Destacado de Latinoamérica por el Council of Jewish Federations de San Francisco, Estados Unidos.

Casado con tres hijos, estuvo a cargo de la Escuela para Dirigentes Voluntarios de Leatid.
Fue fundador y presidente de la Fundación Tikvá, presidente de la escuela Bet Am de Lanús (1978-1989) y obtuvo en 1990 el Premio al Dirigente Joven Destacado de Latinoamérica por el Council of Jewish Federations, San Francisco, Estados Unidos.

Antes de los comicios, Donzis compartió un debate con periodistas junto a Abraham Kaul, en el que ambos candidatos expresaron, entonces, sus puntos de vista sobre temas centrales para la dirección política de la comunidad judía de la Argentina.
Presentamos aquí algunas de sus definiciones:

Sobre la DAIA:
“La DAIA debe ser una institución representativa, plural, participativa y con la fuerza y el nivel necesarios para poder accionar. En los últimos quince años venimos con un modelo de conducción personalista, que nos ha llevado a una situación de debilidad comunitaria casi desconocida en nuestra historia. El fenómeno del individualismo feroz es diametralmente opuesto a los valores del pueblo judío de vivir en comunidad. Esta fragmentación hace que cualquier acción que la DAIA quiera comenzar no sea eficaz. Hay que rearmar los vínculos entre el representado y los representantes”.

Sobre su pasado en la DAIA:
“He estado dos gestiones en la DAIA, y en muchas oportunidades me convertí en la ‘oveja negra’ y me separaron por haber criticado cosas. Como vicepresidente, dirigí el Departamento de Asistencia Comunitaria (DAC). Mi rol era estrechar los lazos y ejercer presión política sobre todos los funcionarios y organismos de seguridad, y tener todo ‘aceitado’ para que cualquier situación de interés comunitario pudiera ser afrontada con responsabilidad… El hecho de haber actuado algunos años en la DAIA me permite desarrollar un proyecto de organización con un profundo conocimiento de la institución. No acepto el continuismo; en nuestra mesa de trabajo no hay gente (en puestos jerárquicos) de la DAIA actual. Jamás he perseguido un cargo. Hace un año, mucha gente se me acercó diciéndome que mi perfil es adecuado para dirigir un proceso de cambio. Dije: ‘Si todos estamos dispuestos a cambiar, acepto el desafío’. Hemos tenido muchísimas experiencias de otras elecciones en que han habido demasiadas cosas en la prensa, incluso la nacional, y le dije a Abraham (Kaul) que no debíamos ‘operar’ en los medios uno contra otro”.

De las instituciones:
“Hay una devaluación de las instituciones y de los dirigentes que se traslada de la sociedad nacional a la comunidad también. Actuar de manera individual lleva a la desconfianza. Nuestro equipo de Tesorería está trabajando hace varios meses, y hemos empezado a comprobar que presentando un proyecto y gente confiable y reconocida, aparecen voluntades que dicen: ‘De esta manera, aportamos’. Para ser serios, hay que informar en qué se gastó el dinero”.

Contactos con el gobierno:
“Hoy la relación es sumamente delicada porque se están utilizando estrategias para seguir fragmentándonos, y casi sin darnos cuenta entramos en los juegos que pretenden. El gobierno no tiene por qué llamar a las instituciones judías para ver si Bergman las representa. Es una equivocación por la cual estamos considerados ‘no argentinos’”.

Sobre el antisemitismo:
“Lo venimos visualizando hace mucho tiempo. No sólo tenemos un conflicto bélico en Medio Oriente, sino también una guerra simultánea con la opinión pública, que ha generado que algunos gobiernos tuvieran que cambiar de opinión, incluso los de países árabes pro occidentales como Egipto, Jordania y Arabia Saudita. Y aparece el presidente de Venezuela, con un discurso antisemita y ligado a su par iraní, que abiertamente pretende destruir a Israel. Si se permiten esos discursos antisemitas, todo lo que pase ‘por debajo’ también será tolerado, como lo que puede ocurrir con Quebracho.”

Sobre la AMIA:
“Cuando me presenté ante el Consejo Directivo de la AMIA planteé que ésta es la institución central de la comunidad, y la DAIA debe protegerla para que no transite por caminos barrosos que puedan ponerla en peligro.”

Sobre la causa AMIA:
“Armaremos un ‘Departamento Causa’. Nuestra intención es revisarla toda: rescatar lo que se hizo bien y responsabilizarnos por lo que se hizo mal. Es probable que (debamos) dedicarle seis meses para no tener que pasar otros doce años sin la verdad. No le teman al plazo, sino a las conductas instantáneas. De este grupo de abogados -que tiene que trabajar con idoneidad e independencia y sin presiones- surgirá información profesional, que elevará al Consejo Directivo para su discusión, con su recomendación. Todo lo que haya que cambiar, lo haremos. Si este grupo aconseja que (Nercellas) tiene que correrse, tendrá que hacerlo. Entendemos que el jurídico no es el único eje, también está el político. La bomba sigue explotando, fracturándonos y fortaleciendo nuestras debilidades. Mi relación con los familiares viene de hace muchos años. Tenemos la voluntad de sentarnos a discutir, con madurez dirigencial, para lograr un encuentro. Si no, dentro de un año tendremos veinticinco querellas”.