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Condenan a muerte a Saddam Hussein

El ex dictador iraquí Saddam Hussein y dos de sus más estrechos colaboradores fueron condenados, el domingo 5 de noviembre, a morir en la horca luego de ser declarados culpables de cometer crímenes contra la humanidad por un tribunal iraquí en Bagdad.

Mientras era conducido de regreso a su silla luego de la lectura de la sentencia, con los brazos aún sujetos a la espalda, Hussein clamó: «¡Larga vida a Irak, larga vida a los iraquíes! Alá es más grande que el ocupante».
Su hermanastro y ex jefe de los servicios de inteligencia iraquíes, Barzan al Tikriti, también fue sentenciado a muerte, así como Awad Ahmed al Bandar, ex presidente del tribunal ilegal que ordenó la ejecución de los chiítas.
Chiítas y kurdos que vivieron bajo la opresión de Saddam Hussein, por su parte, celebraron la condena del dictador pero temen posibles represalias.
Un líder político sunnita, Salih al Mutlaq, le dijo a la cadena de televisión ‘Al Arabiya’ que “el gobierno iraquí será responsable por las consecuencias, con la muerte de cientos, miles o incluso cientos de miles, cuya sangre será derramada”.
Tanto el gobierno británico como el estadounidense apoyaron la decisión del tribunal que condenó al ex presidente iraquí a la horca. Rusia la definió como “arbitraria”. Zapatero criticó a la pena de muerte como metodología. Y Amnistía Internacional reiteró que el juicio no tuvo las garantías mínimas de justicia e imparcialidad.
El Reino Unido saludó la condena a Hussein: «me felicito porque Saddam y los otros coacusados hayan tenido que enfrentarse a la Justicia y deban rendir cuentas por sus crímenes», dice una declaración firmada por la ministra británica de Relaciones Exteriores, Margarett Beckett, reproducido por la agencia alemana DPA.
«El régimen de Saddam Hussein cometió crímenes atroces. Es justo que todos los acusados de cometer estos crímenes contra el pueblo iraquí se enfrenten a la Justicia», agrega el documento.
Según El Mundo de España, el embajador de Estados Unidos en Irak, Zalmay Khalilzad, calificó la condena a muerte a Hussein como «una etapa importante para este país» e invitó a los iraquíes a «pasar página».
Por su parte, en Rusia, el vicepresidente de la Duma (el Parlamento), Vladímir Yirinovski, calificó de «arbitraria» la decisión del tribunal: «la condena ha sido dictada de cara a las elecciones legislativas de Estados Unidos y tiene como objetivo demostrar que los estadounidenses han conseguido algo en Irak», agregó Yirinovski.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, subrayó que ni la Unión Europea ni España son «favorables a la pena de muerte», pero consideró que «como cualquier ciudadano o dirigente, Saddam Hussein debe responder por sus actos».
En conferencia de prensa con motivo de la XVI Cumbre Iberoamericana, Zapatero consideró que la sentencia no puede empeorar la «alarmante» situación de violencia que se vive en Irak y que demuestra que la intervención fue «un grave error» y que ahora es preciso «cambiar de estrategia».