Por primera vez un general de la dictadura argentina admitió torturas y ejecuciones

Confesiones negras

El general argentino retirado Ramón Díaz Bessone, uno de los cuarenta militares reclamados por el juez Baltasar Garzón, admitió en un programa del canal francés Canal Plus -realizado por Marie Monique Robin y emitido el pasado lunes 1 de septiembre- que miles de personas fueron torturadas y ejecutadas clandestinamente durante la última dictadura militar argentina.

Las declaraciones fueron realizadas por Díaz Bessone para un reportaje difundido por Canal Plus de Francia, en el que se intenta probar que la «guerra sucia», librada en Argentina por el Estado entre 1976 y 1983, fue copiada de la que Francia hizo en Indochina y Argelia.
Las afirmaciones de Díaz Bessone, que dirigió el Cuerpo II del Ejército y fue ministro durante el gobierno militar de Jorge Rafael Videla, constituyen la primera confesión pública de un integrante de la cúpula de la dictadura de que las fuerzas de seguridad argentinas actuaron fuera de la ley.
Díaz Bessone, incluso, se aventuró en hablar de 7.000 ejecutados durante la represión del régimen militar, que contrasta con la cifra oficial de 18.000 desaparecidos y mucho más con la de 30.000 que manejan los organismos de Derechos Humanos.
El general justificó «la guerra sucia» con frases como: «¿usted cree que hubiéramos podido fusilar a 7.000?». «Al fusilar tres no más, mire el lío que el Papa le armó a Franco. Se nos viene el mundo encima».
La opción de encarcelar a los opositores tampoco era posible, según Díaz Bessone, porque después «venía un gobierno constitucional y los ponía en libertad» y «salían otra vez a tomar las armas, otra vez a matar».
Díaz Bessone, que fue procesado en Argentina con la restauración de la democracia pero que se benefició de los indultos concedidos, en 1989, por el ex presidente Carlos Menem, es uno de los 40 militares argentinos cuya extradición a España reclamó el juez Garzón para ser juzgados por terrorismo de Estado, genocidio y torturas.
Díaz Bessone también dijo en la entrevista que la reconciliación en Argentina, después del régimen militar, se torna dificultosa. «Acá hubo una guerra interna, con características de una guerra civil. Cuando se termina la guerra tenemos que convivir los antiguos enemigos. Y eso es muy difícil porque quedan heridas muy profundas que seguimos viviendo en Argentina» afirmó.