Haaretz -19 de octubre de 2006-:

La tontería nunca acaba

Si -Dios lo prohíba- el Consejo de Planificación Nacional y la Construcción alguna vez aprueba el Plan Safdie para construir 20.000 unidades residenciales en las colinas de Jerusalem, lo sentiremos para siempre. No sólo porque llevará a la destrucción del medio ambiente, la naturaleza y el paisaje de las colinas de Jerusalem, sino también porque su aplicación producirá un severo golpe financiero y social a la capital israelí.

Por Yossi Beilin

Jerusalem está padeciendo la pobreza y luchando contra altas proporciones de migración negativa y cambios sociales y demográficos.
Es duro de entender porqué fue incubado semejante plan semejante plan dado que sus consecuencias son predecibles. Por lo que se refiere al medio ambiente, dañará las colinas de Jerusalem, la cuenca del acuífero de la montaña, y sitios únicos como Sataf, y llevará a una reducción de los espacios abiertos que sirven a los residentes de Jerusalem y aquéllos del centro del país.
Las consecuencias urbanas del plan son aun más severas. La construcción de miles de unidades residenciales en las colinas circundantes, lejos de su centro, llevará a un declive de la propia capital, la deserción de una fuerte población que se mudará a los nuevos barrios, y un aumento en la carga financiera vinculada al mantenimiento de la infraestructura debido a las grandes distancias para alcanzar el área montañosa.
Las organizaciones, activistas sociales y medioambientales y la Coalición por una Jerusalem Sustentable que están luchando para salvar a la ciudad del plan, ya han presentado alternativas de planificación que habilitan la construcción de miles de unidades residenciales dentro de Jerusalem aumentando la densidad urbana, reciclando departamentos e implementando planes existentes, todo eso sin destruir las colinas circundantes y el tejido del centro de la ciudad.
Siendo ese el caso, ¿por qué fue creado el Plan Safdie en primer lugar? La explicación inmediata puede encontrarse, al parecer como en otros casos aquí, en un deseo incorporado de promover grandes proyectos de bienes raíces y satisfacer los intereses de agentes inmobiliarios, contratistas y arrendadores de tierra.

Programa ficción

Sin embargo, las raíces profundas del plan pueden encontrarse en una ficción llamada «Jerusalem Unida». En 1967, el gobierno israelí decidió la «unificación» de la ciudad y la anexión de grandes áreas del este. No sólo la Ciudad Vieja y los sitios santos eran incluidos dentro de las fronteras de la ciudad unida, sino también el área enorme en Jerusalem Oriental que incluía 28 pueblos y 70.000 palestinos fue anexada.
Los palestinos recibieron estatus de residente permanente que incluye la oportunidad de trabajar en Israel y el derecho a los pagos del Instituto Nacional del Seguro y servicios de salud.
Ellos son considerados residentes de la ciudad con iguales derechos que quienes reciben servicios municipales.
Los palestinos constituyeron un cuarto de los residentes de la ciudad en 1967. Hoy son un tercio de la población. Según el ideal postulado de la meta demográfica para la Municipalidad de Jerusalem, la proporción entre los judíos y árabes debería ser aproximadamente 70-30. Y según las previsiones, Jerusalem tendrá aproximadamente 300.000 palestinos en el año 2020.
En otras palabras, para mantener la meta, hay una necesidad de, aproximadamente, 700.000 residentes judíos.
Esa es una meta muy difícil de lograr en una ciudad que sufre de alta migración negativa como la que padece Jerusalem hoy donde habitan menos de 500.000 judíos.
Pero los iniciadores del Plan Safdie han encontrado una solución: aumentarán el área de Jerusalem occidental, y construirán decenas de miles de apartamentos para judíos en las nuevas áreas. Ellos esperan que los residentes vengan de todo el país. Pero la experiencia nos enseña que serán los residentes de Jerusalem quienes se mudarán del centro de la ciudad a los nuevos y espaciosos barrios en los suburbios. El número de residentes no aumentará, y Jerusalem perderá.
Al parecer, la tontería de anexar las áreas en Jerusalem Oriental, o sea la denominada Jerusalem Unida, continúa dando lugar a una tontería tras otra. Y el Plan Safdie es una de ellas.