Así lo determina un nuevo informe interno del Ejército que investigó la División 91, encargada de cuidar la frontera con El Líbano.
El comité de investigaciones, liderado por el general de división Yoram Yair, encontró responsable de la frontera al Brigadier General Gal Hirsch por el manejo de varios temas logísticos y de integración con el comando general del Ejército.
Según un alto oficial involucrado en la investigación, Hirsch y sus hombres fueron interrogados durante cinco semanas para saber de qué forma manejaron la guerra.
Uno de los problemas que encontraron los investigadores es que las órdenes tácticas fueron realizadas, a veces, sin tomar en cuenta el factor tiempo. Ya que las órdenes no eran claras, fueron cambiadas, en algunos casos, cada hora.
“Los comandantes de brigada no entendieron correctamente sus misiones”, dijo un vocero que solicitó anonimato. “No sabían cuáles eran sus objetivos y por cuánto tiempo deberían cumplir con sus misiones”.
Por la falta de claridad de las órdenes “las fuerzas militares se movían para adelante y luego para atrás, para adelante y luego para atrás”.
En uno de los casos, todo un batallón estuvo ubicado en la misma localidad por varios días sin moverse, y cuando el comandante recibió finalmente las órdenes de ingresar más profundo en territorio enemigo, se confundió y fracasó en su objetivo.
La investigación encontró que el territorio conquistado por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) fue abandonado y luego conquistado nuevamente.
Excepto el Comandante de Infantería, coronel Jagai Mordejai, todos los comandantes de brigada, cuyas tropas lucharon en El Líbano, pasaron el tiempo en salas de guerra ubicadas en la frontera norte pero no estuvieron detrás de las líneas del enemigo. “Esto impactó en su entendimiento de lo que ocurría durante la batalla”, explicó el oficial.
La investigación también encontró que los comandantes no estuvieron concentrados en sus misiones y en algunos casos decidieron ignorar órdenes para no poner en riesgo las vidas de sus soldados. El sentido general -respecto a la División 91- dijo el oficial, es que Israel no estaba en guerra y que las operaciones en El Líbano eran “comunes y de rutina”.
“Ya que no creyeron de manera íntegra que el país estaba en guerra, las misiones no tuvieron la cantidad de peso e importancia necesaria por parte de los comandantes”, dijo el oficial.
A pesar de estas fallas graves el comité, liderado por Yair, no planea en esta etapa recomendar sanciones personales contra los comandantes de división y oficiales.