Respuesta contundente a propuesta palestina:

Israel rechaza reanudar la tregua

Yasser Arafat realizó un llamamiento a los grupos armados palestinos a renovar la tregua declarada el pasado 29 de junio. Este inesperado llamamiento, de todos modos, fue rechazado por Israel y los Estados Unidos, quienes acusaron al líder palestino a quien identificaron como parte del problema en el Medio Oriente. El Gobierno israelí por su parte, y redoblando su apuesta, no sólo rechazó la oferta de Arafat sino que ratificó su política de emboscadas selectivas.

Llamamiento palestino

La Autoridad Palestina (AP) afirmó, en un comunicado difundido en Ramallah, que «el Presidente Arafat llama a todos los movimientos y grupos a respetar un alto el fuego que brinde una oportunidad a los esfuerzos internacionales y a que prospere el plan de paz».
«La ANP tiene el completo apoyo para mantener el acuerdo de tregua y reanudar los esfuerzos que garanticen la retirada del Ejército israelí de todos los territorios palestinos a las posiciones previas a septiembre de 2000», continúa.
Previo a esta comunicación, Arafat declaró a la prensa que estaba preparado para tomar «acciones contra los grupos militantes si Israel cesa los ataques con misiles» lanzados por helicópteros «Apache».
Sin embargo, Arafat aseguró que no se arriesgará a enfrentarse a una guerra civil, en referencia a una posible confrontación entre los grupos armados palestinos si sus organismos de seguridad de comienzan a arrestar militantes palestinos.
Ante las presiones internacionales, Arafat y su primer ministro Mahmud Abas (Abu Mazen) no pueden más que exhortar a los grupos radicales a aceptar la tregua, ya que son conscientes de que la AP no tiene capacidad ni puede intentar desmantelarlos sin provocar una guerra interna.
Los grupos armados palestinos, entre ellos el Hamás y la Yihad Islámica, suspendieron la tregua unilateral declarada hace unos tres meses, tras el asesinato de Ismail Abú Shanab, dirigente del Hamás, el pasado 22 de agosto.

Israel rechaza otro alto el fuego

A pesar de la solicitud de Arafat, hacia adentro de los movimientos palestinos, Israel dejó en claro que no aceptará otro alto el fuego por parte de la Administración Palestina y que no cesará su política de ejecuciones selectivas hasta que no estén desmantelados todos los grupos armados.
«Nuestra posición, afirmó el director general de Comunicaciones del Ministerio de Exteriores Gideón Meir, no ha cambiado: siempre nos opusimos a la tregua y lo único que exigimos es la aplicación del Mapa de Rutas donde está se especifica que los grupos terroristas deben ser desarmados. Cualquier otra cosa es una bomba de relojería».
«Arafat sigue siendo un terrorista y es parte del problema, no de la solución» agregó Gideón Meir.
«Lo que Israel quiere es que el Primer Ministro y su ministro de Seguridad (Mohamed Dahlán) decidan si quieren hacer la paz con Israel o con las organizaciones terroristas», explicó.
Consultado sobre si Israel suspenderá las ejecuciones si Arafat consigue que los grupos armados respeten de nuevo la tregua, Meir se limitó a responder: «Nosotros estamos contra todo acuerdo interno palestino y sólo pedimos la aplicación del Mapa de Rutas, ni un centímetro más ni un centímetro menos».

En Estados Unidos

La Casa Blanca también desestimó el llamamiento de Arafat, afirmando que los radicales palestinos deben ser desmantelados y que el propio Arafat es «parte del problema».
Coincidiendo con la posición israelí, el portavoz de la Casa Blanca, Claire Buchan afirmó que «Arafat demostró, una vez más, que es parte del problema y no parte de la solución. El Mapa de Rutas -agregó- supone que las fuerzas de seguridad palestinas se consoliden bajo el mando de Abu Mazen y erradiquen los grupos armados palestinos».
«El camino para avanzar en el conflicto de Medio Oriente es que se desmantelen las redes terroristas y uno de los primeros pasos del Mapa de Rutas es la consolidación de las fuerzas de seguridad bajo el primer ministro Abbas» reafirmó Buchan.

Poder en disputa

Dentro de las disputas internas en el gobierno palestino por el control del poder, Abu Mazen decidió incluir el presupuesto de las Fuerzas de Seguridad Nacionales (palestinas) en los presupuestos generales con el objetivo de controlar al conjunto de los servicios de seguridad.
Esta decisión afecta a la principal fuerza de seguridad palestina, cuyos miembros percibían su salario directamente de la oficina del Presidente Arafat.
Inobjetablemente, esta decisión se contextualiza en la lucha interna que vienen sosteniendo Mazen y Arafat por el control de los servicios de seguridad y, en definitiva, del poder mismo en el seno del gobierno.