Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora), la APDH y el SERPAJ que preside el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, marcharon pero no adhirieron a la advertencia contenida en un documento, y manifestaron su disconformismo ubicándose detrás de las columnas de los manifestantes, encabezada por partidos de izquierda.
La dirigente de las Madres, Tati Almeyda, aclaró que no firmaron el documento porque «no es el momento de diferencias políticas».
«Acá es cuestión de conciencia, no de partidos políticos, estamos todos, y los organismos de Derechos Humanos creemos que con nuestra presencia alcanza para pedir la aparición con vida de Jorge Julio López», declaró la dirigente.
Julio López, un albañil de 77 años cuyo testimonio resultó de importancia para condenar al ex represor Etchecolatz, desapareció de los lugares que solía frecuentar el pasado domingo 17, y todas las fuerzas de seguridad lo buscan denodadamente.
«No nos van a amedrentar a las Madres, hermanos, hijos, abuelas, que si en plena dictadura exigíamos Justicia legal, ahora más que nunca pedimos por la aparición de López y acompañamos a sus familiares que sabemos por lo que están pasando, señaló Tati Almeyda.
Por su parte, Pérez Esquivel señaló que marchaba por la aparición con vida de López y para pedir que el Gobierno «realice todas las investigaciones necesarias» para encontrar al testigo clave del juicio a Etchecolatz.
El premio Nobel de la Paz señaló que «desconocía» el documento leído al final de la marcha porque «es de un grupo pero no representa la opinión de todos».
«Muchos toman esto como una marcha en contra del gobierno y no tiene nada que ver con eso, estas no son políticas del gobierno, pero como ciudadanos le reclamamos acción para determinar dónde está Julio López y que no haya amenazas», agregó.
El documento, que pidió la «aparición con vida de López y el castigo a los culpables», fue firmado por decenas de organizaciones políticas, en su mayoría de izquierda, y sindicatos y agrupaciones estudiantiles y barriales. Lo leyeron al final del acto y se exigió «Memoria, Verdad y Justicia».
En el texto, las organizaciones advirtieron que la desaparición de López podría ser «la respuesta» a los avances vinculados con el enjuiciamiento a represores que actuaron durante la última dictadura.
«Con nuestra lucha conseguimos la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, la reapertura de causas y la primera sentencia por genocidio. No permitiremos que la desaparición de López sea la respuesta», afirmaron.
Temen que las amenazas desalienten nuevos testigos
Carlos Rozanski, uno de los jueces intimidados por condenar a reclusión perpetua a Etchecolatz, se mostró preocupado por la incidencia que las mismas puedan tener en testigos de delitos durante la dictadura.
El presidente del Tribunal Federal Oral 1 de La Plata, que juzgó al represor Miguel Etchecolatz expresó su temor que las amenazas sufridas por el tribunal y la desaparición de Jorge López ocasione que testigos en causas por delitos de la dictadura desistan de declarar.
Rozanski aclaró que no reforzó su custodia luego de recibir una carta intimidatoria y agregó que «tengo (la custodia) de siempre y vengo a trabajar a la misma hora de siempre y al mismo lugar».
El pasado 27 de septiembre Rozanski recibió una carta con amenazas que motivaron se radicara una denuncia en el juzgado federal número tres de La Plata, a cargo de Arnaldo Corazza.