A propósito de la manifestación frente a la Embajada argentina en Israel:

¿De qué hablamos después de la guerra?

Nuestro colaborador nos ha hecho llegar, en esta oportunidad, su explicación de los motivos por los que decidió no concurrir a la manifestación realizada frente a la sede de la Embajada argentina en Israel. Polémico como siempre, levanta algunos temas que son merecedores de la reflexión comunitaria.

Por Abi Ben Shlomó (Desde Israel)

No fui a Hertzlía, el pasado viernes, porque 20 piojosos provocadores fachos de ‘Quebracho’ detuvieron a una manifestación de argentinos de origen judío en Buenos Aires.
Y no fui porque, desde hace más de medio siglo, los muchachos argentinos judíos de la Hashomer, Dror y otros sectores formamos grupos de autodefensa y fuimos a darle su merecido a las fuerzas de choque de la Alianza Libertadora de Queraltó -en los años 1944, 1945 y 1946. Luego nos ocupamos de Tacuara, de Joe Baxter. No lloramos ni fuimos a protestar contra el gobierno, a pesar de que en la época de Tacuara regía la dictadura de Onganía, la «revolución argentina».
Por lo tanto, no fui a “protestar” porque mi generación (y yo con ella) ya nos jugamos en defensa de los argentinos judíos, antes y entre 1974/1983 contra Lopez Rega, Isabelita y el Proceso, contra los crímenes, contra los que hicieron desaparecer a 30 mil argentinos, entre ellos a unos dos mil argentinos de origen judío.
Porque el Estado de Israel, el embajador de Israel y el ministerio de Relaciones Exteriores, durante esos años duros no emitieron una sola nota de reprobación contra los criminales del llamado ‘Proceso de Reorganización Nacional’, como quedó demostrado en los testimonios prestados ante la Comisión Israelí por los ciudadanos judíos desaparecidos, en el ámbito de ese ministerio (y en el que presté mi testimonio de reproche por el silencio de Israel, y la presencia de Rabin en Buenos Aires a fines de 1976, dando conferencias a los oficiales del Proceso en la Argentina).
No voy a Hertzlía a manifestar ante la embajada argentina porque es mi patria, porque el Presidente Kirchner es el primer Presidente argentino que ha puesto en su agenda prioritaria a los asesinos del Proceso, permitiendo su encarcelamiento y juicio.
Por esto, y mil razones más… Porque desde los levantamientos de los guetos de Varsovia, Lodtz, Vilna y Byalistok no hay más judíos pobrecitos, judíos indefensos, judíos errantes.
Los judíos levantamos y nos inspiramos en las banderas de los luchadores de los guetos, de los guerrilleros judíos como Aba Kovner, Antek, Tzivia Lubetkin, Jaika Grossman, y todos los judíos anónimos que lucharon y murieron con dignidad. Los judíos no sollozamos ni nos dejamos atropellar por veinte zaparrastrosos de ‘Quebracho’.
No nos dejamos manipular por los órganos de propaganda, por la Embajada de Israel en la Argentina, por algunos dirigentes de la AMIA y la DAIA complicados con su silencio que, de pronto, han cambiado el fusil de hombro…
Ya no se habla más de la guerra, de los 154 muertos, de los desastres provocados en El Líbano, de la indefensión de los pobladores del norte. Ahora se habla de «antisemitismo», de manifestaciones infantiles de 120 manifestantes frente al consulado argentino, y otras pavadas por el estilo.