Ecuaciones de primer grado

Todo calculado. Cada movimiento, cada paso. Ahora me dedicaré a mi táctica y estrategia. Mi estrategia es quedar vivo, cuerdo y cuidar a mi familia...así de simple como la del León que cuida su rebaño o la del cacique que se ocupa de su tribu. Mas allá de este especifico y claro objetivo no me interesan las estrategias globales ni las tácticas militares. Tampoco quien tiene razón, quien es el malo y quien el bueno, quien empezó. Quien vencerá y quien será vencido. Salgo al exilio.
Por Bemy Rychter

Mis días (y mis noches) son cálculos y ecuaciones tácticas…

A qué hora conviene ducharme y que haré si suena la alarma justo cuando acabo de usar el nuevo y «revolucionario» Shampoo.

Sacarme los zapatos cuando estoy en casa o seguir calzado para cuando tenga que evacuar mi casa (y no llegar a la calle descalzo).

Preparar un bolso con algunas prendas y ponerla en el baúl del auto (estadísticamente no puede ser que mi casa y mi auto se dañen paralelamente).

No olvidar tener los pasaportes al alcance de la mano.

No leer el diario en el baño (tratar de acortar los tiempos a lo mínimo necesario).

Consultar con mi Contador la posibilidad (y los riesgos) de no pagar impuestos al Estado.

Cuantas botellas de agua mineral seguir acumulando.

Y cuantas latas de conservas…

Elegir un libro para llevar conmigo.

Algunas fotografías…para recordar.

Llenar el tanque de gasolina de mi auto o tener lo mínimo posible (si le cae un misil encima o a su alrededor, mejor con tanque vacío).

El exilio duró poco tiempo.

Me voy a la manifestación de los familiares de los secuestrados que no quieren dejar a sus queridos en el olvido.

Mas tarde me reuniré con un grupo de adolescentes (¡¡¡sobrevivientes!!!) del kibutz Nir Oz.

Adherirme a las peticiones de renuncia de Bibi (Netanyahu).

Ayudar a los agricultores del sur recolectando tomates para que lleguen a los mercados y no sean dejados de lado por los tomates importados de Turquía.

Ver la tele e indignarme, ofenderme, enojarme, emocionarme…