Haaretz 29.10.2023

La protesta contra la reforma judicial ya no es relevante

Los residentes y sobrevivientes, habitantes de los Kibutzim, Moshavim y ciudades del sur continuarán la protesta de acá en adelante.
Por Iris Laal*. Traducción Bemy Rychter

Cuando la magnitud del horror comenzó a hacerse evidente, un miembro de mi familia me advirtió que no twitteara ni escribiera nada controvertido, por temor a que me convierta en blanco de la violencia con del nuevo consenso que surgió de la sociedad polarizada en la que vivíamos. La ofensiva de Hamás ha generado comprensible terror e indignación, pero también confusión.

La respuesta del pueblo judío a los pogromos fue el establecimiento del Estado de Israel. La distinción entre el judío débil de la diáspora y el israelí capaz de defenderse a sí mismo se ha derrumbado. Para muchos, la forma de rehabilitar el sentido de poder nacional radica en la destrucción de Gaza a cualquier precio.

Una de las reacciones en las diferentes vertientes de la izquierda progresista de todo el mundo es la descripción de las víctimas de la masacre como parte del opresivo mecanismo sionista de control sobre los palestinos autóctonos.

Al presentarlos como parte de la empresa colonialista, privaban a las víctimas de su condición de ciudadanos y se permitía su sangre. En esta lógica irremediablemente retorcida, la matanza de mujeres embarazadas y la decapitación de niños son parte de la lucha legítima por la liberación del pueblo palestino.

Fui uno de los redactores de la carta de académicos, intelectuales y activistas israelíes de izquierda, dirigida a grupos de la izquierda global. Era evidente que teníamos que ser partícipes de la discusión que empezaba a tomar forma, y explicar lo obvio, que no había contradicción entre una condena inequívoca de la barbarie de Hamas y una lucha tenaz contra la ocupación.Viceversa. Hicimos hincapié en que nos oponemos a la matanza indiscriminada de civiles en ambos lados de la frontera. Sin embargo, como en un espejo de la izquierda en las universidades de todo el mundo, en cuestión de días la opinión pública aquí borró la posibilidad de que haya una población civil en Gaza.

La base moral para imponer un castigo colectivo a toda la población de Gaza es, según el Israel oficial y muchos israelíes, que no hay diferencia entre Hamas y los palestinos. Aunque hace solo unos meses hubo manifestaciones masivas en Gaza contra el régimen de Hamas, hay que profundizar para encontrar esta información. Y muchos del sector liberal y democrático comparten con sus oponentes políticos la lógica que el ministro de Defensa articuló recientemente: incluso si no todos los gazatíes llevaron a cabo la masacre, todos son partidarios de Hamas.

A raíz del terrible trauma creado por los acontecimientos del 7.10, también hubo una ola de arrepentidos políticos, los izquierdistas desilusionados.

No está claro exactamente que se están volviendo sobrios, pero los límites de la discusión están comenzando a aclararse. El nuevo consenso entre los viejos opositores políticos es que está prohibido contar muertos en Gaza, que es descarado hablar del número de víctimas después de lo que nos han hecho, y que todo lo malo y distante de la vieja izquierda antes de la desilusión es la misericordia que ha mostrado a las personas atrapadas más allá de la muralla.

Muchas cosas cambiarán al día siguiente. El viernes 6 de octubre, miles de israelíes anotaron en su agenda de fin de semana la manifestación del sábado por la noche. Parece pertenecer a otra vida, pero durante ocho meses ha habido una lucha intransigente contra el fascismo de derecha. ¿Da lugar el período posterior al sábado 7.10 a un nuevo tipo de fascismo liberal?

También hay otra opción.

Parece que Shikma Bressler (una de las lideres de la protesta contra la reforma judicial) y sus amigos dejarán paso a los nuevos líderes de la protesta: las familias de los secuestrados y asesinados, los evacuados y los desamparados derribarán al gobierno. La ira de todos ellos, de amplios sectores de la sociedad, de la gente de Sderot y Ofakim, no disminuirá hasta que caiga el gobierno. Las familias de los heridos, aquellos que nunca estuvieron hasta ahora en las manifestaciones, apoyarán a los miembros de Nahal Oz, Nir Oz y Beeri.

Las familias de los soldados prisioneros y la del recital en Reim marcharán con los ciudadanos israelíes árabes del Negev que fueron abandonados sin protección.

Si del desastre emerge una nueva coalición civil que se mantenga unida, borre los años de incitación y división y se atreva a ver a los gazatíes como seres humanos de nuevo, esto será la caída del bibismo y el renacimiento que merecemos.

* Escritora, crítica literaria y publicista israelí.