El joven, llamado Alejandro por sus apropiadores, no quiso hacerse la extracción de sangre, por lo que la Justicia ordenó allanar elementos personales que permitieron acreditar que es hijo de desaparecidos.
El chico de 28 años quiso conocer a su familia biológica y aseguran que está contento con la verdad de su historia. «Cuando se vio por primera vez con Chela Fontana, Pedro la llamó abuela de inmediato», dijo Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas.