Los kibutzim, las comunidades agrícolas de Israel, no son solo un símbolo del Estado de Israel: son un símbolo de la vida en comunidad y de su movimiento político Sionista Socialista. Los primeros fueron fundados por la segunda Alía, a principio del siglo pasado. Y luego de la Independencia, fueron el motor de la economía israelí. Desde la década del setenta cuando Occidente de a poco comienza a abandonar el Estado de Bienestar, la relevancia de los kibutzim en la economía de la ahora llamada “Start up Nation”, han bajado en su protagonismo. Algunos fueron privatizados, otros siguen con un sistema colectivista y otros son “mixtos”. Pero de algo es seguro: en los últimos años, ya sea por nostalgia, por buscar un modo de vida más tranquilo y/o por ideales, los kibutzim volvieron a tener mucha relevancia. Su vida tranquila en medio del campo combinada con una vida en comunidad, es al menos muy atrayente en estos tiempos. Muchos israelíes, sean nacidos en Israel o nuevos inmigrantes, judíos y no judíos de todo el mundo, desean vivir allí. Puede ser toda una vida, o al menos un tiempo para ver lo que significa. Los turistas, cuando pasean por Israel, aunque sea un solo kibutz en su itinerario es su parada obligatoria. Por lo general mucha gente de la que vive allí, sobre todo en los kibutzim alrededor de Gaza, se siguen identificando con el sionismo socialista. Generalmente son más conciliatorios en lo que se refiere al conflicto con los palestinos para realizar un ansiado tratado de paz en base a la solución de dos pueblos, dos Estados.
El sábado 7 de octubre de 2023 fue el día más horroroso en la historia de Israel y el mundo judío después de la Shoa. Comandos de Hamas penetraron a territorio israelí, entrando a una fiesta electrónica (un festival que se hacía por la paz), y a los kibutzim adyacentes a la franja de Gaza. El grupo terrorista asesinó y masacró a 1400 civiles, hirió a mas de 3000, y se llevaron de rehenes a aproximadamente 200 israelíes. Todos civiles, incluyendo bebes, ancianos y mujeres.

Tres días después del feroz progrom, el periodista estadounidense Thomas Friedman publicaba en el New York Times que “Hamás no envió operativos a Cisjordania ocupada por Israel (y tiene muchos allí) para atacar asentamientos judíos.(..) Centró sus ataques en pueblos israelíes y granjas de kibutz que no formaban parte de la Cisjordania ocupada por Israel. (…) Estos eran los hogares de la gente del Israel anterior a 1967, el Israel democrático, el Israel liberal, que vivía en pacíficos kibutzim o iba a una fiesta discotequera llena de vida, me comentó el escritor israelí Ari Shavit”.
A diferencia de los kibutzim que rodean a Gaza, los colonos en Cisjordania tienen una ideología más o directamente extremista. Y desde hace años hay levados enfrentamientos entre ellos y los palestinos que viven donde en los alrededores de sus colonias. Los colonos, son más proclives a “estar alerta” a diferencia de los pobladores de los kibutzim cercanos a Gaza, como se ha descrito anteriormente de sus miembros. Porque paralelamente Hamás, además de ser una organización terrorista, tiene un nivel elevado de cobardía.
Hamás, que gobierna de facto, somete a la población de Gaza a una injusticia social abismal, mientras sus lideres reciben billones de dólares de países como Qatar, que solo destinan a financiar armas para matar civiles (tanto israelíes y palestinos), imponen su totalitarismo teocrático en Gaza, y viven una vida llena de lujos, en grandes pisos de Doha o Estambul. Porque, en efecto,sus lideres llaman a la “resistencia” mientras están ausentes en la Franja de Gaza.
Paralelamente, a Hamás con su base de odio, no le importa si el judío es soldado o civil, es pacifista o más guerrerista, si es de izquierda o derecha, religioso o laico, askenazí, sefaradí, mizrahi, marrrocai, rico o pobre, hetero u homosexual. Lo demuestra en el presente y en el pasado lanzando misiles a la población civil. Y anteriormente con sus atentados suicidas. Un ejemplo de esto es que han tomado de rehén (de lo que se sabe hasta ahora) a Vivian Silver, una reconocida activista israelí-canadiense, la cual se dedicaba al transporte de habitantes de Gaza para su atención médica a hospitales israelíes. Cuatro días antes de ser atacada había realizado una manifestación por la paz en Jerusalén con mujeres israelíes y palestinas.
Pero entonces: ¿es casualidad este ataque dirigido principalmente a los kibutzim? En un pensamiento particular, es justamente la figura del kibutz en sí la representante de lo que Hamás odia: judaísmo, sionismo, socialismo, economía colectiva… en contraste con su doctrina fanática, teocrática y fascista combinadas con políticas hambreadoras.
Dedicado a Moshe Rozen y Sra.