Argentina:

Marcha con fantasmas

Apareció Blumberg con otra nueva marcha y comenzaron a regresar los fantasmas del pasado, los que iluminan a los Macri, a los López Murphy y, paradójicamente, a las Carrió. Indudablemente, la sensación de inseguridad contribuyó sensiblemente a la realización de una convocatoria que, desde luego, intenta instalar una opción de derecha ante el próximo calendario electoral, el cual promete darnos demasiadas sorpresas.

Por Por Juan Carlos Sánchez

Sin embargo, dicha percepción existente en nuestra sociedad proviene de la exacerbación de los multimedios, claramente alineados ideológicamente con la derecha, como de los sectores medios y altos que solamente siguen mirando su ombligo en lugar de mirar hacia el mundo que los rodea. También contribuye sustancialmente este ‘capitalismo en serio’ en el que se declama la defensa de los Derechos Humanos y se los vulnera a cada instante, todos los días.
Así, mientras vuelven los viejos fantasmas de Neustadt, Grondona y la sombra de Durrieu, Secretario de Justicia durante el mandato del genocida Videla, nos encontramos con paradojas: una conciliación entre Blumberg y Castells, junto al olvido del apoyo del Gobierno Nacional, en su momento, para la creación de la Fundación Axel Blumberg.
Son los fantasmas del pasado y los que provocan la reacción clara de Luis D`Elía, ex-docente y ahora Subsecretario de Tierras y Hábitat Social de la Nación, ante esta demostración de fuerzas que pretende condicionar a la democracia, más que al gobierno de Néstor Kirchner, habida cuenta de la posible participación de los dinosaurios de la dictadura militar.
Por otro lado, también existen otros, más actuales, los de una gestión que todavía tiene varias facetas incumplidas en la faz social y económica. Desde la desocupación, bastante elevada por cierto y más allá de las estadísticas gubernamentales, a la subsistencia del hambre y la pobreza en vastos sectores de la población argentina, incluidos los pueblos originarios y las personas con discapacidad, sistemáticamente postergados en sus derechos, todavía no se advierten claras señales de una verdadera política de Estado destinada a su reinserción como seres productivos y sociales.
Y una oposición que, con tal de encontrar una vía para canalizar sus objeciones, pierde el rumbo para sumarse a estos fantasmagóricos personajes que avalaron, por acción u omisión, el horror del pasado reciente y la furia neoliberal de los ´90. Desde Carrió a unos cuantos personajes opositores, se advierte una aproximación demasiado peligrosa a los intereses que pretenden regresar al ‘orden’ o bien, a ‘la paz y administración’ pregonada por el roquismo.
Mientras tanto, la izquierda sigue sin derrotero, ni timón, para intentar una unidad necesaria para la acción.
Fragmentada y sin opciones claras, sigue navegando por los mares de la disputa entre líderes y entre estrategias divisionistas que impiden la formación de una coalición electoral destinada al regreso, al menos, a los escaños del Congreso Nacional.
Una marcha con demasiados fantasmas, pasados y actuales, para satisfacción de las Pando y de los Patti mientras la ciudadanía aguarda soluciones para los problemas sociales más urgentes, mientras los niños y otros grupos vulnerables siguen exigiendo justicia social, la misma que emana de los discursos oficiales pero que se realiza desde el asistencialismo y del clientelismo en aras de sustentar sus propios privilegios.