Kassem aseguró que el grupo guerrillero continuará la «resistencia» frente a Israel con el argumento de que «no existe justificación para ponerle fin».
Las declaraciones de Kassem difundidas, por el principal diario libanés ‘An-Nahar’, mostraron una vez más la fragilidad del alto al fuego auspiciado por Naciones Unidas y las dificultades para desplegar en el sur de Líbano la fuerza internacional de paz prevista por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
La resolución estableció el alto el fuego que terminó con una guerra de 34 días de Israel en el sur de El Líbano, tras una incursión de Hezbollah en suelo israelí. La fuerza internacional de la ONU, de unos 15.000 efectivos, tiene el propósito de fortalecer a un contingente similar del Ejército libanés para patrullar el sur del Líbano y evitar nuevos enfrentamientos entre Israel y Hezbollah.
Kassem admitió que Hezbollah se vio sorprendido por la magnitud de la ofensiva israelí después de que la milicia capturara a dos soldados israelíes el pasado 12 de julio.
Según el dirigente, Hezbollah esperaba que Israel respondiera cuando mucho con «algunos ataques limitados» y con dos o tres días de bombardeos. «Pero hablando con franqueza, nos sorprendió la gran magnitud de esta agresión grave», reconoció.
Kassem, cuyo hijo resultó herido de gravedad en los enfrentamientos, dijo que Hezbollah se coordinaría con el Ejército libanés mientras éste se despliega en el sur de El Líbano. También aseveró que Hezbollah seguirá respetando el cese al frágil cese al fuego a pesar de las acciones israelíes, posteriores al cese del fuego, pero también ejemplificó diciendo que el grupo no tolerará este tipo de acciones por mucho tiempo.