A horas del cese del fuego:

Críticas en ambos lados de la frontera

El gabinete del primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el Ejército son blancos de crecientes críticas en Israel debido a su gestión durante la guerra contra el Hezbollah, por lo que podrían verse obligados a rendir cuentas a una comisión investigadora. En el mundo árabe, por su parte, se afirma que el Hezbollah demostró que el Ejército de Israel no es imbatible.

En Israel, paradójicamente, la clase política apoyó al Gobierno durante los 33 días de este conflicto armado, y el 97% de la opinión pública lo consideraba «justo» hasta hace sólo tres días, según una encuesta del diario israelí ‘Yediot Aharonot’.
En el primer día de un frágil alto el fuego, el jefe del Likud, Benjamín ‘Bibi’ Netanyahu prevé reclamar explicaciones en la Knesset (Parlamento), reunida en sesión extraordinaria.
Según una fuente de su partido, el diputado Yuval Steinitz, «se trata de la guerra dirigida de la forma más miserable en toda la historia de Israel».
Lo mismo opina Effi Eitam, del partido Unión Nacional, que engloba a formaciones religiosas de extrema derecha; para él, «el alto el fuego es un engaño, una simple pausa, que necesita Hezbollah para rearmarse y prepararse para el próximo asalto».
«Imposible para el ejército resolver en 48 horas un problema creado en 6 años», desde la retirada israelí unilateral del sur de El Líbano, declaró el lunes -en la radio pública israelí- refiriéndose al arsenal de cohetes adquiridos por Hezbollah.
En el otro lado del tablero político, el jefe del partido de izquierda y pacifista Meretz, Yossi Beilin, exigió formalmente la constitución de una comisión de investigación.
«Debemos saber por qué Tsahal recibió la orden de hacer en 48 horas lo que no ha podido hacer en un mes», afirmó en declaraciones radiales.
En el gabinete isarelí, las discrepancias se acentúan. El ministro de Transportes, Shaul Mofaz, se abstuvo en la votación sobre el final de las hostilidades al recalcar «que no se prevé claramente el desarme de Hezbollah».
«Este acuerdo está lleno de agujeros. Da la sensación de que hemos perdido la guerra», agregó el titular de la cartera de Infraestructuras, Binyamin Ben Eliezer.
Según el jefe del espionaje militar, general Amós Yadlin, «es ineluctable una próxima confrontación con Hezbollah».
Los medios de comunicación israelíes reprochan a Olmert su «arrogancia», así como el haber subestimado a Hezbollah y sobrestimado sus fuerzas.

La “victoria” para Hezbolla

La prensa del mundo árabe presenta, también en el primer día de tregua, al Hezbollah como victorioso en la guerra que libró contra Israel desde el pasado 12 de julio. Incluso algunos medios consideran que acabó con el aire de imbatibilidad del Ejército israelí.
«El final del mito» (de Israel) titula el diario liberal egipcio ‘Al Wafd’, y opina que el cese de las hostilidades, que entró en vigor resulta «un chaleco salvavidas para los líderes israelíes».
«Tras 33 días de combates, la Resistencia Islámica (brazo armado del Hezbollah) derrotó a Israel. La resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU fue como un chaleco salvavidas para los dirigentes israelíes después de su fracaso en El Líbano», finaliza el periódico.
Otro diario egipcio, ‘Al Ajbar’, considera que «Israel sufrió muchas pérdidas que le causó la heroica resistencia libanesa en el sur de El Líbano». Posición semejante a la asumida por ‘Al Masri al Yom’, medio que asegura que los combates de los últimos minutos fueron «los más duros para los israelíes».
Así también opinan periódicos de los emiratos del golfo Pérsico, como el kuwaití ‘Al Qabas’ que dice en su editorial del 14 de agosto que Hezbollah «ha devuelto a los árabes su dignidad».
‘Al Quds al Arabi’, editado en Londres, afirma que «lo que ha pasado [en la crisis hasta] el día de hoy, 14 de agosto, será registrado en los libros de historia árabe como una victoria».