Conversaciones

Israel @ 75: una conversación con Fania Oz-Salzberger

Fania Oz-Salzberger creció en el Kibbutz Hulda en el centro de Israel. Su padre, el célebre escritor Amos Oz, y su madre Nily le pusieron ese nombre en honor a su abuela paterna Fania, quien se suicidó después del Holocausto. Dos de sus abuelos fueron fundadores de kibutz y sionistas socialistas, y uno de sus abuelos fue un sionista revisionista acérrimo y seguidor del líder judío ruso Ze'ev Jabotinsky. “Creo que muchas de mis elecciones en la vida se inspiraron en la combinación de sionismo, humanismo y socialdemocracia que influyeron en mi infancia y juventud. El kibutz también me regaló un amor por la naturaleza y un profundo respeto por la sociedad y la solidaridad”, explica Oz-Salzberger. En el 75 aniversario de la fundación del Estado de Israel, Fania Oz-Salzberger se sentó con J-Stteet para hablar sobre su historia familiar, el trabajo de toda su vida y cómo ve el momento actual.
Por Noa Barash. Traducción: Isaac Roberto Faur

Aprendiendo de la historia

Después de terminar la escuela secundaria, Oz-Salzberger se ofreció como voluntaria durante un año en su movimiento juvenil y fue al ejército, donde se convirtió en oficial de la entonces unidad de inteligencia secreta 8200. Años más tarde, se casó con su «novio del ejército», Eli Salzberger, hoy profesor de derecho en la Universidad de Haifa, donde enseñan juntos.

Después de completar dos títulos en historia y filosofía en la Universidad de Tel Aviv, fue a Oxford, donde obtuvo un doctorado  junto a su marido. “Mi tesis doctoral versó sobre el pensamiento político escocés y alemán en el siglo XVIII”, explica. “Esto puede sonar un poco oscuro hasta que descubres los temas subyacentes, que son profundamente relevantes para los judíos y los israelíes: ¿Qué salió mal en la filosofía alemana, qué hizo que rechazara los valores cívicos y liberales? ¿Cuál es el poder de la sociedad civil y el activismo ciudadano dentro del Estado moderno?”

Ella ve muchos paralelismos con sus estudios a la lucha que está ocurriendo en las calles de Israel ahora. “Hoy, en Israel, la sociedad civil está mostrando una enorme fuerza e ingenio en nuestra lucha contra las intenciones dictatoriales de la coalición gobernante”, señala Oz-Salzberger.

Oz-Salzberger ha pasado su carrera en el mundo académico, enseñando y escribiendo varios libros de gran éxito de ventas, y viajando por el mundo para conectarse con judíos de la diáspora. Dice que ha sido embajadora civil de Israel como democracia liberal a lo largo de su vida. Y durante las últimas dos décadas también ha sido una crítica abierta y firme de los diversos gobiernos de Benjamín Netanyahu. Ella ve las amenazas planteadas por su reinado y sus políticas como profundamente entrelazadas con las lecciones que podemos aprender de los eventos históricos.

“Soy historiadora. Abordo e interpreto temas de actualidad. Esto no significa que haga un uso fácil de mi saber con fines políticos, pero sí creo que la historia tiene una sutil relevancia para todo lo que estamos viviendo hoy”, dice.

Israel @ 75

Oz-Salzberger señala que no solo está desesperadamente preocupada por el futuro de la democracia israelí, sino que también teme que la división interna de la sociedad israelí no pueda repararse. “No hay espíritu civil sin igualdad ni derechos humanos. Nosotros, israelíes liberales, nos hemos despertado de varias décadas de letargo para darnos cuenta de que la igualdad es un caos”, dice.

Mientras la democracia israelí enfrenta amenazas sin precedentes, Oz-Salzberger a menudo se encuentra a sí misma incrédula. “Para ser sincera, creo que nadie, ni siquiera los conspiradores del intento de nuestro gobierno de socavar la democracia, pensaron jamás que Israel se enfrentaría a tal abismo en su 75 aniversario. Es un momento peligroso y angustiante”, le dice a J Street.

Pero también ve muchos signos de esperanza en los rostros de quienes salen a la calle para expresar su oposición al gobierno de Netanyahu.

“De lo que estoy más orgullosa en Israel hoy es de esos buenos ciudadanos. El medio millón, que pronto se convertirá en un millón, de israelíes en las calles. Nuestra resistencia no es cortés, pero tampoco es violenta o abusiva. Hemos prometido proteger la independencia del poder judicial con nuestros cuerpos si es necesario. Cualquier optimismo para el futuro se basa en esta resistencia”, explica. “Nunca antes, al menos desde 1948, la libertad y la independencia han significado más para los israelíes. Nosotros, que amamos la democracia tanto como amamos nuestro legado judío y, como yo argumento, la democracia es parte de nuestro legado judío, haremos que nuestra voz se escuche clara y fuerte”.

Ella dice que su mayor esperanza es que la crisis actual relance dos grandes proyectos que hasta ahora han fracasado o se han descuidado: un acuerdo de paz a largo plazo con los palestinos y una constitución escrita para Israel.

“La primera es nuestra única oportunidad de paz y normalidad; esta última es nuestra única oportunidad de libertad nacional verdadera y duradera. Hago un llamado a todos los amigos de Israel para que nos apoyen en estos proyectos. Pero la responsabilidad es solo nuestra, nuestra y de nuestros hijos”.

Fuente: J-Street