El insólito viaje de este distinguido grupo de dirigentes llamó la atención ya que otras comunidades con mucha mayor presencia en la vida cotidiana israelí, tanto espiritual como materialmente hablando, ni se les ocurrió venir a reunirse con el Primer Ministro en medio de la guerra para decirle a viva voz «Estamos con ustedes»… tal vez porque, para otros, Israel no sea «ustedes» sino de nosotros, por lo cual no hay nada qué decir.
Se abre, ¿se abre o continúa?, una enorme lista de preguntas que a los fines periodísticos es necesario acotar.
En lugar de visitar a los ministros en plena tarea por esto de la guerra:
¿No se le ocurrió a nadie venir al norte a ver a los latinos que hace más de un mes están en los refugios?
¿Nadie pensó organizar una reunión con los miles de compatriotas que están corridos de sus hogares escapando de las bombas y dependiendo de la generosidad, enorme, de la gente solidaria?
¿Alguien pensó, siquiera, que el dinero que costó este viaje, pasajes, hotelería en la época mas cara (ya que la guerra subió los precios por el desplazamiento) transportes y los regalitos que habrán comprado en el mercado de Jerusalem, podría haber venido muy bien para colaborar con quienes -en forma absolutamente voluntaria- intentan mantener a más de un millón de personas desplazadas de sus hogares?
Seguramente habrán vuelto plenos de satisfacción con sus cámaras digitales repletas de fotos con autoridades israelíes, y hasta llegarán a contarle a sus hijos y nietos que -en el medio de la guerra- ustedes, valientes muchachos, estuvieron en Israel.
Aquí tendrán que abrir un menú de fantasías para explicar qué es lo que vinieron a hacer, o bien cuánto sufrieron bajo las bombas, o cuántas veces escucharon las alarmas o estuvieron durmiendo en refugios… no importa, todos sabemos que así se construyen las leyendas y quién se va a ocupar en desmentirlas… ¿no?
Debe ser mas difícil enfrentar a la opinión publica argentina y dar la cara explicando una y otra vez que este país no es nazi como se lo pretende hacer figurar, que este país se defiende porque es atacado y tiene derecho a existir, que quienes mueren de este lado también son civiles de carne y hueso y no imperialistas pro norteamericanos, que los soldados que caen día a día no son gurcas contratados sino nuestros hijos, los de nuestros vecinos del barrio, de todos los barrios, de todas las ciudades de Israel…
Viajar es más placentero que salir al paso de intelectuales obtusos e hipócritas que se cuestionan hasta su propio judaísmo manifestando su total falta de información sobre el conflicto, dejándose influenciar por la media general y temiendo dar la dar la cara por Israel porque eso no es progre, un socio de los Estados Unidos nunca sera tomado en cuenta a la hora de su destrucción; sí, por supuesto, por sus avances científicos , intelectuales y sus aportes a la humanidad.
Ustedes también destilan esa vergüencita de los que, hasta ayer, eran amigos de Israel, derechosos y progresistas de café, porque en medio de una guerra muere gente a manos del Tzahal, el Ejército de defensa de Israel .
Vuestra falta de integridad, no hace más que desnudar la falta de trabajo a lo largo de estos años de esclarecimiento e información acerca de Israel, su vida y sus luchas.
No sólo se puede, se debe estar comprometido con la paz, como judíos y como israelíes, eso no implica soportar que muera nuestra gente y no contestar los ataques a nuestras ciudades.
Esperemos que no haya otra oportunidad para que puedan corregir vuestra actitud,es decir que nunca más haya otra guerra. Así, de paso, podrán ocuparse de las cosas que deberían ocuparse.
Entre lo urgente, lo importante y lo intrascendente, ustedes han optado por lo último. Casi, diría una costumbre.