12 de agosto de 2006:

Un mes en guerra

“Israel ha estado emprendiendo una complicada guerra contra El Líbano por un mes. En este tiempo, han aparecido muchos llamados para que Israel retire sus fuerzas, cese el fuego y comience negociaciones con El Líbano. Se han hecho llamados similares, junto con marchas alusivas, por distintos partidos dentro del campo pacifista israelí. Vinculado a estos sectores desde 1973, lucho activamente por la paz desde 1994. Y creo que por ser un pacifista es que debo invitar al gobierno israelí a que continúe sus operaciones en El Líbano”. A un mes del inicio de la guerra, Yitzhak Frankenthal, un conocido luchador por la paz en la región, así evalúa la situación entre Israel y el Hezbollah.

Por Yitzhak Frankenthal (Desde Israel)

La paz real, mucho más que un slogan, incorpora derechos y obligaciones inherentes y fundamentales para su existencia.
Tal, por ejemplo, es mi derecho a:

a) Vivir pacíficamente y a salvo, y mi obligación es permitir que mi vecino disfrute de lo mismo;

b) Mi derecho a vivir en mi propio país, y mi obligación de permitir que mi vecino haga lo mismo.

Países limítrofes no necesitan tratados de paz para no atacarse entre sí en un conflicto abierto. Los países pueden existir unos junto a otros sin luchar, incluso sin un tratado de paz. Los países no pueden, por otra parte, realizar atrocidades unos a otros, incluso, dada la ausencia de un acuerdo de paz.

El Líbano es un estado soberano. De la nada, por cualquier razón, alguien en El Líbano decidió secuestrar soldados israelíes y bombardear su territorio con cohetes.
¿Por qué?
¿Qué hizo Israel a El Líbano?
¿Cuál podría haber sido el interés de El Líbano en iniciar tal confrontación con Israel?
¿Israel no merece existir en paz y prosperidad junto a El Líbano, como los Estados Unidos existen junto a Canadá?

El Estado de Israel despertó una mañana, para encontrar soldados suyos secuestrados y sus territorios del norte bajo un pesado fuego de misiles. Si Israel no hubiera respondido, yo no hubiera tenido otra opción más que abandonar Israel porque, en mi opinión, cualquier país que no defienda a sus residentes, no merece tenerlos.

¿Cómo nos defendemos del terrorismo?

¿Cuál sería una respuesta adecuada a estos ataques?
En un pequeño artículo titulado “La Tercera Guerra Mundial”, que escribí en 1995, noté que existen actualmente ciertos grupos con sus objetivos fijados en socavar y finalmente destruir el capitalismo y la democracia.
Recomendé en mi texto que todos los países del mundo se unan en las Naciones Unidas y combatan juntos a estos grupos. Resalté que éste conflicto, o guerra, se da entre el mundo libre como lo conocemos y grupos terroristas.
Si algún país fuera a albergar a estos grupos -escribí- el mundo debería reemplazar el liderazgo de ese país, incluso por la fuerza, si fuera necesario.

El incomprensible daño a lo amado

Entre lo escrito entonces y el presente, el mundo ha vivido cientos de ataques terroristas, muchos de los cuales fueron llevados a cabo en nombre del extremismo islámico.
Es irónico quizás, que lo que estos terroristas dañan, principalmente, es aquello por lo que supuestamente pelean: el Islam.
El Islam es una religión con una escala de valores y ética avanzados.
Una abrumadora mayoría de musulmanes rechaza y se opone abiertamente al extremismo. El Islam prohíbe el daño a personas inocentes. Se opone a la corrupción, la maldad y la crueldad. ¿Cómo es, entonces, que estos actos horripilantes de violencia se cometen en nombre del Islam?

No olvidemos que a través de la historia, se han cometido actos de terrible violencia en nombre del Cristianismo y el Judaísmo también. Incluso hoy, podemos atestiguar la ocupación de la población palestina en nombre del judaísmo.

Si el líder de un país pide la aniquilación de otro país, debe ser removido de su dirección. Si el líder de un país decide albergar y proveer santuario a organizaciones terroristas -permitiéndoles operar libremente dentro de sus fronteras- deben ser forzados a darse cuenta que su Nación y su país van a ser obligados a pagar, también, el precio del terror.

Dos mil misiles han caído en territorio israelí en el pasado mes.
Más de cien civiles israelíes inocentes han muerto, y miles fueron heridos. Más de cuarenta soldados, que no tuvieron otra opción más que luchar en la batalla contra El Líbano, también perecieron.
Reconozco que cientos han muerto en El Líbano, y miles más fueron heridos. Estoy entristecido por estas muertes. Estoy dolido por cualquier daño acontecido a personas inocentes. No obstante, mientras los terroristas en El Líbano operan desde sectores densamente pobladas, no tenemos otra opción más que alertar a esos ciudadanos que debemos luchar contra terroristas dentro de su ambiente, y notificarles que si no quieren encontrarse bajo fuego cruzado, deben abandonar sus ciudades.

Por más despiadado y horrible que esto pueda ser, no estoy dispuesto a lastimar a ciudadanos libaneses y no estoy dispuesto a aceptar que los terroristas se refugien entre poblaciones civiles, usándolos de escudos desde donde puedan atacarnos tranquilamente.
Tan intrincada y complicada como sea la situación o se convierta, las líneas rojas deben mantenerse claras y definidas.
No puede haber protección para ningún terrorista donde sea en el mundo. Sí es mi deber, en cambio, evitar el derramamiento de sangre inocente. Es exactamente por eso que estoy obligado a notificar y alertar a la población civil de El Líbano, como ha hecho Israel.

Israel, los palestinos y el mundo árabe

La situación entre Israel y los palestinos no es menos compleja: Los países árabes de Egipto, Jordania y Siria han atacado a Israel en el pasado, en un intento de destruirlo. Desde entonces, hemos firmado acuerdos de paz con Egipto y Jordania. Los palestinos, que fueron parte de Egipto (Gaza) y Jordania (Cisjordania), antes de esas guerras, fueron dejados sin país.
Egipto abandonó Gaza y Jordania abandonó Cisjordania, dejando a más de tres millones de palestinos sin ciudadanía y Estado.
Israel fue forzado a decidir si adoptaba a los palestinos y les proveía derecho de ciudadanía israelí, o les permitía establecer su propio Estado soberano, el Estado de Palestina.
Discutir todos los eventos desde ese punto hasta la actualidad requeriría una discusión más extensa que este artículo. Es suficiente decir que, al final del día, los palestinos todavía no tienen su propio país, continúan viviendo bajo una terrible ocupación y sufren a diario. Para los ojos palestinos, y los míos, esta es realmente la peor forma de terror.

¿Cuál es la diferencia, si la hay, entre Israel y Hezbollah?
¿Cuáles, si las hay, las diferencias entre Hamas, Israel y el Hezbollah?
Al final, las tres partes mencionadas cometen actos de terror. Déjenme notar que hay muchas personas que, de hecho, no reconocen ninguna diferencia entre ellas. Estoy en desacuerdo.
El Líbano es un Estado soberano. Hezbollah estableció una milicia en El Líbano que estaba en guerra con Israel mientras Israel estuviera en El Líbano (1982-2000). Con la retirada de las Fuerzas de Defensa de Israel, de El Líbano en 2000, Hezbollah ya no tenía motivos para existir. Desde entonces, lo único que permite la continuada existencia de Hezbollah es el odio a Israel.
Hezbollah sirve, actualmente, a los líderes de Irán -que se han fijado la meta religiosa de destruir Israel- y a los líderes de Siria, cuyo deseo de perjudicar a Israel proviene desde las consideraciones militares como de la continuación de la Guerra de los Seis Días en la que perdieron las Alturas del Golán.
Vale notar que lo absurdo en el Medio Oriente ha puesto a un país secular como Siria, con un liderazgo sunnita -enemigos de los chiítas- a apoyar a una organización chiíta religiosa extremista como Hezbollah.
Una de las más dolorosas conclusiones a las que se puede llegar como resultado de miles de cohetes disparados (y los que vendrán) contra Israel, es que se debe detener el programa nuclear iraní por cualquier medio necesario, antes que se haga de armas no convencionales.
Lo que debemos concluir de los terribles ataques de Hezbollah es que Israel tiene la obligación de darse prisa y tomar acciones decisivas contra la posibilidad de que Irán incorpore armamento nuclear.
Anhelar y esforzarse por la paz no exige el deseo de la autodestrucción. Y la voluntad de vivir no exige la oposición a la paz.
La vida no es blanco y negro, pero la moral y la ética, sí. Sólo puede haber algo ético o no ético, moral o inmoral.
El Hamas combate a Israel de la misma manera (y por muchas de las mismas rezones) que la OLP combatió a Israel en el pasado.
El Hamas no está dispuesto a reconocer a Israel como Estado a menos que Israel reconozca primero un Estado palestino.
El Hamas no es un adversario fácil, pero es con quien podríamos llegar a un acuerdo.
El Hamas asesinó a mi hijo, mi Arik. Después de muchas conversaciones con sus líderes, concluí que un acuerdo de paz verdadero y duradero es una posibilidad real.
Tristemente, los Estados Unidos, Europa y por supuesto Israel, perciben a Hamas como una organización terrorista y por lo tanto no están dispuestos a entrar en conversaciones con ellos.

Definición del terror

Mencioné antes que Israel, debido a su ocupación de los palestinos, está cometiendo actos diarios de terror.
Tal vez este sea el momento de elaborar una idea clara acerca de qué es “terror”, y presentar un método de diferenciación entre sus varios tipos y formas.
En el secuestro de soldados y disparo de misiles desde un estado soberano, como El Líbano, Hezbollah tiene un solo objetivo: atacar otro estado soberano (en este caso a Israel). Estos ataques apuntan a causar daño y pánico en la víctima. En estos ataques, se puede ver claramente el intento malicioso: el intento de asustar y matar tantos civiles inocentes como sea posible, para maximizar los efectos de los ataques sobre otro país soberano.
No había intención con estos ataques de liberar a El Líbano del dominio israelí. No había interés en atacar para pelear con Israel por no devolver las Alturas del Golán a Siria. Hezbollah opera desde dentro de El Líbano, no desde Siria.
Como el mismo Nasrallah ha dicho, lo único que se intenta con estos ataques es eliminar a Israel y al sionismo.

Los actos diarios de terror que Israel comete contra los palestinos, definitivamente, no son hechos con intención maliciosa, sino desde una completa estupidez y una aparente inhabilidad para llevar esta terrible situación a un fin.
Contra la estupidez debemos manifestar y luchar. Debemos, en una manera que no dañe o termine con vidas, acelerar el fin de la ocupación. Esto es por lo que estoy trabajando por años, demasiados años.

Cuando un hombre causa la muerte a otro, se averiguan los móviles del asesino: ¿pretendía matar a la víctima o la muerte fue un accidente? Si no había intención de matar a la víctima, es un caso de homicidio culposo, no asesinato. Aunque se puede investigar luego si la muerte de la víctima se debió a negligencias o no por parte del homicida, en cualquier caso ya no es un asesinato.
A pesar de que una víctima no está más muerta en un asesinato que en un homicidio culposo, estamos tratando, igual, con un homicida. En otras palabras, el motivo del perpetrador es, claramente, lo que determina la naturaleza de las acciones en cada caso, definiendo el acto como asesinato u homicidio culposo.
Aunque sin duda comete actos de terror, Israel no tuvo la intención de ocupar a los palestinos. Fue obligado a hacer eso como resultado de las guerras en las que fue involucrado por Egipto y Jordania.
La ocupación israelí a los palestinos continúa debido a la estupidez y el mal uso del judaísmo como justificación (por ejemplo, la promesa bíblica del Gran Israel, etc).
Yo no justifico la ocupación sino que lucho para que finalice.

Responsabilidades

Por más de 2000 años, los judíos vivimos en el exilio. No teníamos país. Por fin, establecimos el Estado de Israel en 1948. Como Nación, sufrimos mucha opresión, y también oprimimos a otros. Merecemos vivir en nuestro estado independiente, como los americanos, los europeos y los árabes merecen vivir en sus propias tierras.
Los palestinos también merecen vivir en su propia tierra independiente, y lucho por ello.
Mientras el Estado de Israel es atacado por otro Estado soberano, está obligado a defenderse a sí mismo.
Lamentablemente, es verdad que muchos civiles inocentes han muerto o ha sido heridos en el camino. Sin embargo, Israel no puede ser culpado, pues la responsabilidad es de los terroristas que perciben como legítima la táctica de atacar a Israel desde sus poblados y ciudades.
Hezbollah ha probado que no solo no se preocupa por los ciudadanos israelíes, sino que tampoco cuida a los ciudadanos libaneses.
Israel está obligado a luchar para asegurar su propia seguridad.
Aunque creo que los palestinos merecen su propio país y lucho en pos de este objetivo, si se estableciese un Estado palestino y decidiese atacar Israel después de que nos reconciliemos y hagamos la paz con ellos, sería el primero en ir a la Guerra.
¿Deben los civiles de El Líbano sufrir las consecuencias de la agresión de Hezbollah?
Esta es una pregunta moral que necesita ser respondida antes tomar cualquier decisión respecto de la Guerra israelí en El Líbano.
Ninguna organización terrorista puede crecer en gran escala sin el apoyo del país en el que opera. La trágica decisión estratégica del gobierno libanés de no impedir el crecimiento de Hezbollah, preparó el terreno para los ataques israelíes. Lamentablemente, el resto sólo es una cuestión de cuándo y cuánto sería destruido como resultado.
Los ciudadanos de El Líbano, la mayoría de los cuales son chiítas y seguidores de Hezbollah, no pueden culpar a Israel por estos ataques, sólo pueden apuntar a Hezbollah.
Hagamos que todos aquellos que apoyan el cese del sufrimiento libanés se acerquen a esos civiles y los presionen para erradicar la parasitaria red terrorista de su medio.

Acuerdos posibles

¿Hasta cuándo luchará Israel en El Líbano? es otra pregunta que debemos hacernos.
¿Hemos pisado nuevamente arenas movedizas libanesas y abrimos otro capítulo de ocupación israelí en ese país?

Israel no puede permitirse vivir bajo perpetua amenaza, violencia y fuego de misiles.
Para que Israel ofrezca la otra mejilla a estas agresiones y negocie con Hezbollah: ¿debe estar lista a vivir en un estado de completa inseguridad y bajo incesantes agresiones y chantajes?

Yo no estoy listo para que Israel exista bajo esas condiciones. Por eso apoyo la continuación de la lucha en El Líbano.
El mundo libre, el sector ético de la humanidad, no puede permitir que cada bastardo se convierta en rey ni que ninguna organización terrorista mantenga cautivas, bajo su voluntad, a poblaciones pacíficas.

No hay otra opción que combatir al terrorismo sino quieres vivir junto a ese terrorismo.

Hamas está luchando por un Estado independiente y está dispuesto a vivir en paz junto con Israel. Cualquier paralelismo entre Hamas y Hezbollah es un trágico error.
Si no entendemos que Hamas no es una organización terrorista, seguiremos combatiéndola en lugar de negociar un acuerdo basado en la reconciliación y la paz.
Muy a mi pesar, creo que muchos de los pacifistas israelíes parecen confundidos a la luz de los recientes acontecimientos.
Yo, quiero seguir luchando por una paz real.