Meir Shalev 1948-2023

El adiós a un intelectual comprometido y exquisito, que creció con el Estado

“Qué triste es saber que ya no podremos esperar expectantes un nuevo libro de Meir Shalev, que cambiará nuestras vidas y las hará más ricas, más completas. Qué triste es saber que no celebraremos con él, nacido en 1948, el cercano Día de la Independencia. Con el fallecimiento de Shalev, el Estado de Israel pierde a uno de sus grandes enamorados. En su espíritu y en cada una de sus palabras latieron nuestra tierra y nuestra historia como sociedad, como pueblo y como nación”. Con estas palabras despidió el presidente de Israel Itzjak Hertzog al escritor Meir Shalev, fallecido el pasado martes 11 de abril.
Por Tamara Rajczyk

Meir Shalev nació en Nahalal, un moshav fundado en 1921 y ubicado en el valle de Jezreel. Hijo de una familia de pioneros rusos, allí pasó parte de su infancia y ese paisaje y esa gente fueron la materia prima de algunas de sus novelas, en las que con maestría y talento narró ficciones enlazadas con la historia de Israel a lo largo del siglo XX. A sus diez años, la familia se trasladó a Jerusalén y también ese paisaje de la ciudad antigua y moderna alimentó sus novelas, enriquecidas con descripciones, humor e ironía.

Comenzó trabajando en la televisión israelí como productor y periodista en 1975 y condujo durante los años ochenta un programa de cultura que se transmitía en el canal estatal los viernes por la noche. Desde entonces y hasta su muerte publicó su columna semanal de actualidad, primero en el diario Haaretz y más tarde en Yedioth Ahronot.

Si bien su primer libro, La Biblia ahora (Tanaj ajshav), una compilación de relatos bíblicos con una mirada crítica y actual, data de 1985, su primera novela fue publicada en 1988. Desde entonces aparecieron ocho novelas, numerosos libros infantiles, ensayos y una obra de teatro, que se está montando por estos días.

Sus libros fueron traducidos a muchos idiomas. En español podemos encontrar: El chico de las palomas, Por amor a Judith, Mi abuela rusa y su aspiradora americana y Lola (infantil).

Meir fue un intelectual comprometido que expresó en su columna periodística y en numerosas entrevistas sus ideas políticas y su mirada pacifista y crítica sobre la realidad israelí y los políticos de derecha. Muchas veces hizo oír su voz en manifestaciones y actos, aunque la enfermedad le impidió participar de las protestas que se vienen desarrollando en los últimos meses.

Shalev fue un erudito de la lengua hebrea y la manejaba con delicadeza y exquisitez, incorporando en su prosa vocablos y expresiones provenientes de diferentes fuentes de esta lengua milenaria. Al recibir en 2020 el título de Doctor Honoris Causa del Instituto Weizman, pronunció las siguientes palabras: “Mi padre, Itzjak Shalev, fue poeta y maestro, y fue miembro de la Academia de la Lengua Hebrea. Esa es la razón por la que estoy acá hablando hebreo y no inglés. Lo hago con cierto temor, ya que, si pronunciara el discurso en inglés, mi padre se levantaría de su tumba y me reprendería. Y lo hago con el amor que heredé de él por la lengua hebrea. Y también orgulloso por la virtud con la que fui bendecido al nacer en esta lengua pequeña y remota y como todo escritor hebreo, con la alegría de saber que soy un eslabón de la cadena más larga de la cultura judía y universal”.

Todo idioma tiene sus frases hechas a la hora de despedir a quien fallece, pero decir que la muerte de Meir Shalev es una pérdida gigantesca, tiene asidero en la realidad. Fue un escritor querido y respetado, con lectores fieles y generaciones de niños que crecieron leyendo sus historias. La mejor manera de honrarlo, es leer sus libros. Bendita sea su memoria.