Shoshi Greenfeld, la hermana de uno de los soldados de reserva muertos ayer tras la caida de un Katiusha en Kfar Giladi, realizó duras declaraciones contra el gobierno y la política que lleva a cabo este, durante el funeral de su hermano, en el cementerio del Monte Hertzl, en Jerusalem.
Yehuda Greenfeld es uno 12 de los soldados reservistas muertos en el kibutz Kfar Giladi a la espera de una misión en El Líbano.
Yehuda, casado con Gabriela, tenían dos hijos, uno de tres años y otro de solo algunos meses.
Shoshi, tal cual cita (el periódico) ‘Maariv’ hizo un llamado al sector “naranja” (los oponentes al plan de desconexión y al plan de convergencia que busca desalojar a los judíos de Judea y Samaria) y dijo a los soldados en El Libano que “vuelvan a casa antes que vuelvan en un ataúd y entonces vendrán los vestidos con uniformes de negro (en referencia a las fuerzas que llevaron a cabo la desconexión) para desalojar a las viudas y a los huérfanos”.
Shoshi habló durante el funeral y dijo “Yehudale mi hermano querido, mi amado, simple, con los grandes ojos azules y tu honestidad. Yo ya voy a contar la historia de tu vida, de tu belleza. Pero ahora elijo contar la historia de tu muerte. En la última llamada telefónica te dije: No vayas a ser carne de cañón, Olmert dijo que estas operaciones son una herramienta para la convergencia. Volvé a casa, tenés una oportunidad histórica de desertar para que el pogrom de Gush Katif no vuelva a repetirse en Mijmash (donde residía Yehuda)”.
Continuó diciendo Shoshi “les pido a todos los anaranjados vuelvan ya a casa, antes que vuelvan en un ataúd, y entonces vendrán los uniformados de negro para desalojar a las viudas y huérfanos. No se ilusionen que ellos los recibirán porque murieron”.
“Volvé a casa le dije… para que todas estas retiradas que nos imponen toda estas muertes, de El Líbano, de Gush Katif se detengan. Para que los ´pogromchikim´ de uniforme negro, que le recordaron a mi abuelo Aushwitz, que nos arrastraron de nuestras casas de Gush Katif y nos pincharon las ruedas de Amona no lleguen también a tu dulce hogar de Mijmash, luego que se imponga un cese de fuego vergonzoso, y te saquen arrastrándote de tu casa, y a los niños, y sobre los escombros de tu jardín caminen los hombres del Hezbollah”.
“Olmert nos usa”
Hace una semana atrás el Primer Ministro Ehud Olmert decía en conferencia de prensa a periodistas extranjeros que una victoria en El Líbano empujaría una nueva retirada, esta vez de Judea y Samaria donde hay cientos de asentamientos y viven miles de judíos.
Tras las declaraciones de Olmert, varios políticos y en especial soldados de Judea y Samaria pidieron explicaciones de por qué deberían ser reclutados para que después sean desalojados de sus hogares.
“Me prestaste atención con tu acostumbrada paciencia y yo dije, esta es una guerra para nada. Para la elite que gobierna este Estado. Aquí se lleva a cabo un crimen, te dije. Por favor no vayas, te rogué. Si esta guerra es para la próxima expulsión y nos llevan a una guerra que ellos crearon, para volver a expulsarnos, porque siempre volveremos y pelearemos por ellos. Estoy de acuerdo contigo, me dijiste, pero yo no puedo”, dijo Greenfeld.
“Y fuiste igual, mi amado hermano, mi dulce. A los uniformados de negro que llegaron para expulsarnos de Gush Katif les construyeron campamentos especiales y ordenados. Ya que hay una nueva guerra en la Tierra de Israel, la guerra contra los colonos. Pero a tí, mi hermano, te dejaron bajo el cielo abierto, bajo el peligro de los Katiushas. ¿Y qué le importa a Olmert, o a los criminales? Sus hijos son desertores. Al final regresaste a casa en una cajón, por una guerra por nada, por una guerra para la próxima retirada”.