Según Dan Ronen, jefe de la policía en el norte de Israel, fue el peor ataque de Hezbollah en los que va de guerra. Durante un cuarto de hora llovieron misiles sobre el norte israelí.
El Canal 10 de la televisión israelí informó de que el ataque se registró contra un puesto militar de la localidad de Kfar Giladi y que ambulancias de la Estrella Roja de David -equivalente a la Cruz Roja- se desplazaron al lugar luego de la caída de varios cohetes.
El comandante de la Policía israelí, Asaf Zohar, aseveró al Canal 10 que la situación de los 4 heridos en Kfar Giladi era de extrema gravedad y que fueron trasladados al hospital Rambam de Haifa, luego 2 de ellos fallecieron.
Otro de los puntos atacado por los cohetes ha sido la localidad de Kiriat Shmoná, donde al menos 12 personas resultaron heridas de gravedad. También en San Juan de Acre (Akko), Maalot, Sfad y otras ciudades y poblados situados en las Alturas del Golán cayeron varios proyectiles disparados desde El Líbano.
Testigos describieron esta andanada de cohetes en el norte de Israel como «enormes» y señalaron que se prolongaron durante más de 15 minutos.
Pero tampoco Israel cesó en sus ataques contra ciudades del sur e infraestructuras de El Líbano.
Al menos 6 civiles murieron y otros 5 resultaron heridos en la madrugada del 6 de agosto, en un ataque aéreo israelí cerca de la ciudad portuaria de Sidón, a 40 kilómetros al sur de Beirut.
Media hora después, mientras los equipos de rescate trabajaban entre los escombros, la aviación israelí realizó una nueva incursión.
Al este del país, en la región de Baalbeck, los aviones israelíes destruyeron varias rutas que conectan este valle con las montañas de El Líbano.
Durante la noche, los aviones israelíes atacaron seis objetivos vinculados al Frente Popular de Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG) en la localidad de Qusaya-Kfar Zabad, en el valle de la Bekaa.
A media mañana, la aviación israelí atacó posiciones en el área de Iqlim al-Tufah, uno de los puntos fuertes de la Resistencia Islámica en el sur del mismo valle.
Los bombardeos israelíes sobre una central energética en el sur del país han provocado el vertido de unas 30.000 toneladas de petróleo al mar.