Opinión

Un buen ejemplo

Por Diego Melamed

La necesidad de la creación del Tribunal de Ética de la comunidad judía a fines de los ´90 tiene un sabor amargo que solo se alivia si reparamos en la calidad de sus integrantes. Es decir, la mera necesidad de crearlo reflejaba la proliferación de actos despreciables. Pero también la predisposición a un examen hacia adentro, y fundamentalmente reflejaba la existencia de hombres capaces de contrarrestar aquella mezquindad mediocre que parecía opacarlo todo. Y allí estuvieron, aceptando el desafío y poniendo su prestigio a disposición. Regalando una esperanza.
Uno de los ensayistas más originales de nuestra lengua como Santiago Kovadloff o un penalista de prestigio como Elías Neuman y un experto en números como Angel Schindel, por citar solo algunos, conforman un equipo sólido y prestigioso, con capacidad de aportar una mirada ética con la complejidad que los tiempos exigen.
El Tribunal me convocó a declarar para que amplíe datos que publiqué en el libro ‘Los judíos y el menemismo’ y salí de aquella reunión pensando “quién dijo que todo está perdido…”
Hace días presentaron su renuncia todos sus integrantes.
Creo que es mejor tamizar las denuncias de pasillo y si es necesario, canalizarla de manera productiva. Con frecuencia recibo denuncias que me llevan a pensar que la necesidad de un tribunal así sigue vigente, pero el vacío y la indiferencia que sienten los renunciantes muestra que pocos canalizan sus denuncias de manera que sirvan a otros.
En el reciente acto por los 9 años del atentado a la AMIA, la gente en la calle pedía que también se digan los nombres de los propios dirigentes judíos que no buscaron justicia. Creo que todos aprendimos algo de aquellas experiencias, y hoy los dirigente se cuidan más, son más honestos, sí, y también se saben mas observados.
A todo esto, el actual gobierno ha dado pasos concretos para acercar algo de la transparencia ante actos de terrorismo aún no esclarecidos, un refrescante viento de justicia quiere soplar en nuestro país. Las comunidades pueden reflejar y amplificar esto, casi en escala.
El periodismo independiente y el Tribunal de Ética, creo, hicimos algo positivo para que esta esperanza también este amaneciendo en la comunidad judía.
Creo que la tarea de los miembros del Tribunal de Ética merece ser valorada y continuada.
Es un buen ejemplo.
Nuevamente gracias.