Ami Ayalon, ante más de 120 mil personas, en Tel Aviv

“¡Está en juego el destino del Estado de Israel!”

El ex Almirante en Jefe de la Armada y Jefe del Servicio de Seguridad de Israel, Ami Ayalon, quien estuvo toda su vida comprometido con la seguridad del Estado en los más altos niveles, pronunció un discurso en la multitudinaria manifestación por la defensa de la democracia amenazada en Israel, el pasado sábado 21 de enero. Allí, llamó a los líderes de la derecha democrática del Likud a despertar: “en vuestro silencio, se convierten en colaboradores de los destructores de la visión sionista. Una visión maravillosa construida por nuestros padres y sobre la cual nuestros compañeros dieron sus vidas. El Estado de Israel hoy es un barco que es transportado, a sabiendas por el capitán, hacia una tormenta que amenaza con su destrucción”.
Por Ami Ayalon. Traducción: Bemy Richter

Miro a la gran multitud que llegó a la plaza esta noche y trato de explicarme a mí mismo: «¿Qué impulsó a estas decenas de miles de personas decididas a abarrotar los caminos de Israel y venir de muy lejos para gritar su grito?  ¡Nuestro grito! Y nuestra unión es la respuesta: nosotros, ciudadanos de este país, vemos claramente hoy la gran ola, turbia, que amenaza con aplastar el maravilloso proyecto que se convirtió en realidad en este lugar desde el día en que el primer sionista pisó la playa en Jaffa.

El gobierno de Netanyahu, Ben-Gvir y Smotrich es una horrible pesadilla para Israel y el pueblo judío.

 Este es un gobierno malvado que está empeñado en destruir la visión de los padres fundadores: Herzl, Jabotinsky, Ben Gurion, Berl Katzenelson y Begin.  Con un cinismo que no conoce límites, Netanyahu y sus seguidores distorsionan la doctrina de estos gigantes hasta hacerla desaparecer:

 La justicia se ha convertido en corrupción.

 La verdad se ha convertido en mentira.

 La honestidad se ha convertido en hipocresía.

 La compasión se ha convertido en racismo.

 La libertad se ha convertido en tiranía.

Para evadirse del veredicto que le espera, Netanyahu ha perdido toda restricción y está desmantelando sistemáticamente los cimientos sobre los que se basa el Estado de Israel: los sistemas legales, la educación, la seguridad, las regulaciones gubernamentales y los valores fundamentales.

Este maligno gobierno está pisoteando nuestra identidad democrático-judía, está pulverizando el espíritu de la Declaración de la Independencia.

Este es un gobierno que pisotea los valores de la Declaración de la Independencia. Anula nuestra conciencia ética y  moral de que Israel se basará, y cito: «En los fundamentos de la libertad, la justicia y la paz a la luz de la visión de los profetas de Israel»; este es un gobierno que allana nuestra identidad como sociedad y desenreda las costuras de este delicado tejido que consolida a la sociedad israelí. 

 Este es un gobierno que distorsiona todo lo que creíamos cuando juramos, el día que nos alistamos en el Ejército, que sacrificaríamos nuestras vidas por ellos.

Estos valores nos acompañaron en operaciones, batallas y guerras.  Valores por los que nuestros compañeros han dado su vida.  La lucha será dura y larga. Pero de ninguna manera es una lucha de una minoría.  Entre muchos de aquellos que votaron por la derecha, hay una creciente sensación de angustia por las decisiones de Netanyahu y su gobierno. Muchos votantes de derecha confían en la Corte Suprema de Justicia y no quieren ver su destrucción. Muchos votantes de derecha no están dispuestos a que los delincuentes en serie sirvan como ministros en Israel.

¡Y el cambio llegara!! La primera señal será cuando veamos a los líderes de derecha dispuestos a dejar de recitar las vergonzosas pautas de discurso dictadas por los propagandistas de Netanyahu. Cuando veamos a los líderes de derecha expresando públicamente la verdad de sus corazones.

 Estos líderes de derecha todavía guardan silencio. A dos de ellos los conozco muy de cerca: Mayor General Yoav Galant, Ministro de Defensa, y Avi Dichter, Ministro de Agricultura y ex jefe de Seguridad. Miro a la maravillosa multitud que vino a la plaza esta noche y, por supuesto, no los veo con nosotros. Todavía no los veo. Su historia personal es también un ejemplo para otros líderes de derecha que todavía guardan silencio.

Conocí a Yoav Galant desde el día en que era un joven oficial de marina hasta que fue nombrado, por mí, para el cargo de comandante del comando marino. Lo vi, más de una vez, combatir contra terroristas armados y fortificados en el Líbano, con sus combatientes. Lo seguí mientras dirigía una fuerza del comando marino en audaces operaciones en playas muy lejos de Israel. El coraje, la responsabilidad y el ingenio que Yoav mostró fueron ejemplares. 

Conocí a Avi Dichter en el Servicio de Seguridad. Hijo de sobrevivientes del Holocausto, combatiente en una de las unidades militares más jerarquizadas. Sus valores y coraje se expresaron no solo frente al enemigo, sino también cuando tenía una opinión minoritaria y luchaba por ella resueltamente contra sus camaradas y comandantes. Cuando me llamaron después del asesinato de Rabin para dirigir y rehabilitar la organización, encontré en Dichter un socio, tanto en la lucha contra el terrorismo palestino como en el esfuerzo por frustrar la actividad violenta de los terroristas judíos.

Conozco a Galant y conozco a Dichter. No tengo ninguna duda de que son muy conscientes del abismo al que Netanyahu está arrastrando a Israel.  Pero están en silencio. Su gran valentía fue reemplazada por pequeñas consideraciones políticas.

En una conversación privada, probablemente explicarán que en política hay que aprender a renunciar. Tienes que aprender a acomodarte a la situación.

 

Y hoy le digo a Galant, y a Dichter, y si quieren, les digo esto a todos los Galants y Dikhters: ¡Despierten! Vuestra lectura del mapa de batalla está equivocada. No estamos en la arena de la política mezquina, de los compromisos tácticos. Estamos en guerra por la casa.

 ¡Está en juego el destino del Estado de Israel!

En vuestro silencio, se convierten en colaboradores de los destructores de la visión sionista. Una visión maravillosa construida por nuestros padres y sobre la cual nuestros compañeros dieron sus vidas.  El Estado de Israel hoy es un barco que es transportado, a sabiendas por el capitán, hacia una tormenta que amenaza con su destrucción. Estos son los momentos de prueba de los oficiales del barco. El dilema que tienen es: ¿continuar obedeciendo al capitán que conduce al corazón de la tormenta mortal o enfrentarlo debido a su falta de responsabilidad hacia la tripulación y la seguridad del barco?  Qué las tentaciones del poder y los placeres del poder te lleven por el camino de los rinocerontes, o decir: ¡hasta acá!  y trabajar para devolver a Israel a un camino de cordura.  

Ustedes han demostrado vuestra valentía en el pasado. Hoy Israel necesita vuestra valentía más que nunca. Hemos venido aquí hoy para decirles con una voz clara y fuerte: en Israel, el deber de los líderes hacia el estado y sus ciudadanos precede al deber de lealtad a un «liderazgo ruin e indigno» que está motivado por consideraciones extrañas y conduce a sabiendas a un desastre nacional. Creo que nuestra protesta, aquí en la plaza, expresa la ira de la mayoría de los israelíes, tanto de izquierda como de derecha. Israelíes que, a pesar de las diferencias entre ellos, comparten un compromiso: un compromiso con un Israel democrático, judío y moral que opere de acuerdo con los estándares de justicia, ley e igualdad.  La justicia está con nosotros y, por lo tanto, incluso si la lucha es difícil y prolongada, ¡ganaremos!