AMIA, 9 años después, la única verdad

¿Somos todos hermanos?

“Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera” explica José Hernández en su Martín Fierro y los dirigentes de la DAIA se aferran más que nunca a esa frase, hoy a 9 años del asesinato de la AMIA, para que no los juzguemos, para que el resto de la Argentina no vea una comunidad judía enfrentada y dividida y, quién sabe, se aprovechen de esta debilidad. Y si el Martín Fierro tuviese razón, y los hermanos sean unidos, ¿debo sentirme yo hermano de Beraja, Hansman y compañía? ¿O mis hermanos son las Abuelas de Plaza de Mayo, el CELS, y todos aquellos no necesariamente judíos, que nos acompañaron todos estos años en la búsqueda de la verdad?

Por Roberto Moldavsky

Mentiras verdaderas

“No hay una sola verdad, cada uno tiene la suya, coincidían el representante de la DAIA y el de Familiares Roberto Zaidenberg y Sergio Burstein (respectivamente) en una mesa redonda en el club Náutico Hacoaj, hace unos días, y agregaba Burstein, refutando a Adriana Reisfeld de Memoria Activa, que la búsqueda de la justicia es como una viaje a Mar del Plata donde alguno va por ruta 2, otro por Santiago del Estero, otro por otro camino pero el final es el mismo… todos queremos ir a Mar del Plata.
¿Esto es realmente así?
¿Es el mismo camino defender al juez Galeano o estar junto a Beraja y compañía, que denunciar al Estado argentino en la OEA por ser participe necesario del atentado?
¿Es el mismo camino servirle de ayuda a los dirigentes comunitarios que enfrentarlos?
¿Es lo mismo participar de la querella, patrocinados por la abogada de Beraja, que por los doctores Zuppi y Jacoby?
Si bien tengo que reconocer que el representante de Familiares reconoció que se habían perdido 9 años, que se equivocaron en apoyar a Galeano, que nadie lo siente tanto como ellos (cosas de las que no tengo duda), están a tiempo de producir algunos cambios que avalen ese cambio en su postura.

¿Quién fue a la Plaza y quién fue a Pasteur?

El 14 de julio se hizo el acto de Memoria Activa con un discurso del de Jacoby clarísimo, más el aporte de Verbitsky, reclamando más gente, y el de la señora de Carlotto, inmensa y esperanzada.
Diana Malamud volvió a poner los puntos donde corresponde preguntando -irónicamente- por qué no se hizo la investigación y porque se hizo el atentado, mientras los pocos cientos que fuimos a la plaza la interrumpíamos con aplausos -entre ellos el licenciado Kaul, presidente de la AMIA, (¿será nuestro doctor K?)- demostrando que si se menemizó la comunidad, quizás con el nuevo gobierno las influencias cambien.
Poca gente con mucho contenido.
El 18 estaba colmado, quizá la presencia del Presidente aumentó la convocatoria, y pasó lo de siempre.
El Presidente de la DAIA dando un discurso que no le cree nadie, diciendo lo que Memoria Activa decía hace 6 años o más, demostrando -una vez más- que le gusta mas el micrófono que la coherencia y dando lastima nuevamente, mientras muy pocos lo escuchan.
El licenciado Kaúl ya arrancó mejor, agradeciéndole al Presidente y a otras personalidades su presencia o adhesión, y fue mucho más duro y más claro que su antecesor.
En nombre de Familiares habló Sergio Burstein y cargó con todo contra Menem (sin nombrarlo y llamándolo por “ese”), y al final le manifestó a Kirchner que si no hace nada será un Menem más (sic) y creo, como Diego Melamed, que no es que fue duro, sino que así no haga nada más en este caso, igual no será un Menem más.
Mucha gente y menos contenido.

Ahora o nunca

Se presenta una oportunidad histórica para el país y para la comunidad judía en particular.
Es hora de saber la verdad, juzgar a los responsables, decir las cosas por su nombre y sacarse de encima a los que nos vendieron y nos perjudicaron.
Junto con el juicio a los responsables del genocidio de la junta militar, es hora de aclarar muchas otras cosas.
Es hora de saber que Beraja sigue atrás de los actuales dirigentes de la DAIA.
Tuve acceso a las escuchas telefónicas que se le hicieron por el caso del Banco Mayo, (Juzgado del doctor Oyarbide) y ahí se comprueba que sigue su estrecha relación con el doctor Galeano, que le pide apoyo en el 2001 después de las Torre Gemelas y tres años después de que dejara su cargo.
Incluso con Roberto Zaidenberg, que en la mesa redonda en Hacoaj miraba para otro lado cuando se lo nombraba al ex banquero.
Es hora de desprenderse de los abogados que defendieron a Beraja en sus casos personales.
Es hora de llenar la Plaza de Memoria Activa, que finalmente empiezan a reconocerlos como los primeros y casi los únicos que entendieron desde el principio lo que pasaba.
Es hora de que los dirigentes de la AMIA nos representen y que Abraham Kaúl reafirme lo que insinúa.
Es hora, y tengo la terrible sensación de que es ahora o nunca.