Diario Haaretz 5/12/2022

El Legado del judaísmo y el poder judío

Es difícil sobreestimar la magnitud de la brecha a la luz del enorme abismo entre los hermosos valores de la herencia judía y la flagrante fealdad del judaísmo oficial o institucional en el Israel de hoy.
Por Nimrod Aloni *. Traducción: Bemy Rychter.

Un humanista contemporáneo, incluso si es completamente ateo, no sorprenderá si demuestra un gran asombro por los logros de varios legados religiosos y su contribución a la cultura espiritual y moral de la humanidad.

La fuente de su asombro no es su pertenencia a un pueblo en particular o herencia espiritual, que naturalmente crea una posición sesgada, sino su enfoque perfeccionista para el desarrollo de las habilidades distintas y únicas de una persona y la aspiración de ser parte de la humanidad en su mejor momento.

Este principio también se aplica al judaísmo, como religión y como cultura. Desde este punto de vista, es difícil sobreestimar la magnitud de la brecha a la luz del enorme abismo entre los hermosos valores de la herencia judía y la flagrante fealdad del judaísmo oficial o institucional en el Israel de hoy.

Voy a exponer aquí ocho valores de los que la herencia judía puede jactarse para la gloria de los mundos.

Todos ellos significativos y expresan un mundo más bello. Un deseo de un mundo mejor, justo e igualitario.

 Todos ellos, por igual, extraños a los oradores oficiales en nombre del poder judío, el sionismo religioso, el movimiento Shas, los partidos ultraortodoxos y otros pensadores y portavoces de las estructuras ultraortodoxas actuales.

«Justicia, Justicia perseguirás» (Deuteronomio 5:27) «Sion será rescatada por medio de la justicia» (Isaías 1:27) «…Amad el bien, haced que impere la justicia en los tribunales» (Amos 5:15). Estos versículos expresan el valor de la supremacía de la ley sobre la política.

 Hoy, sin embargo, el sistema judicial está marcado como el objetivo número para destruir, en la remoción de jueces y asesores legales, o en la legislación destinada a superar y obviar las decisiones de la Corte Suprema de Justicia.

«Sus caminos son agradables y todos sus senderos paz» (Proverbios 3:17), el valor del amor a la humanidad, el diálogo acogedor y respetuoso, que en estos tiempos ha sido reemplazado por la intimidación, la persecución política y la etiqueta de traidores a Israel a quienes expresan opiniones diferentes.

«No hurtaras, no hablaras contra tu prójimo falso testimonio, no codiciarás» (Éxodo 20). Los valores de integridad y pureza de virtud son parte fundamental de la moralidad hebrea. ¿Cuál es la mayor vergüenza ante la noticia de que en las últimas décadas los miembros de alto rango de autoridades ortodoxas han alcanzado representación significativa en la «¿Casa de los Injustos”, en comparación con los líderes de otros sectores de la sociedad israelí?

«El extranjero que resida con vosotros os será como uno nacido entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto« (Levítico 19:34) El valor de defensa a la dignidad del ser humano creado a imagen de Dios, ya sea parte de la mayoría gobernante o pertenezca a una minoría diferente. Hoy en día, esto está definido, con desprecio, como izquierdismo, odio a sí mismo. El orgullo de la supremacía judía racista ha ocupado el espacio público.

«Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos« (Deuteronomio 18:18).»Ni hagáis mal a mis profetas» (Salmo 105:15). El valor del intelectual respetado y considerado cuidador de la conducta ética y moral, que fueron ejemplos de inspiración, independencia de pensamiento e integridad, es destrozado hoy por ejércitos de charlatanes. A cambio de intelectuales, falsos mesías. A cambio de integridad, información tergiversada al servicio del poder.

«Es bueno estudiar la Tora con un comportamiento decente y educado» (Mishna, Masejet Avot 2) Un concepto que desafía a los eruditos de la Tora y les recuerda que es bueno compartir el estudio con los valores humanos, comportamiento correcto, trabajo y auto mantenimiento. Lamentablemente no es lo que sucede hoy día. Actos de violencia de los círculos ultraortodoxos contra al autoridades y contra rivales políticos al mismo tiempo que más del 50% de los varones no son parte del sistema laboral de la sociedad.

«Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela» (Salmo 34:14). Un concepto que el profesor Avi Ravitzky describió con exactitud. Un balance entre un ser humano integro y decente y al mismo tiempo participar de una justa convivencia con «el otro». Hoy día, no hay otro público que rechace más la paz que el público ultraortodoxo, que ve este ideal como una palabra indecente y que debe ser descartada del libro de la Historia.

«Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad». (Salmos 16:32).  El difunto profesor Yeshayahu Leibowicz escribió, que el verdadero héroe es aquel que puede superar sus lujurias e instintos y no aquel que somete a sus enemigos. Pero, ¿cuál es la agenda ultraortodoxa, sino campañas contundentes de autoglorificación y luchas feroces para someter a los oponentes?

El judaísmo, el cristianismo, el islam, el hinduismo, el budismo y otras religiones han conocido altibajos a lo largo de la historia, épocas espirituales y humanas, por un lado, acoso y atraso por otro lado. Es cierto que no debemos generalizar de manera positiva o negativa al liderazgo religioso a la forma y el carácter de una persona en particular, que se compromete a una actitud u otra. No obstante, para bien o para mal, es el liderazgo institucional el que caracteriza y establece la imagen y el sello del patrimonio en un momento dado. En el contexto de estas ideas, estos días son días de crisis para los que creen y cumplen con los valores y enseñanzas de las fuentes judías ante la realidad que se está gestando en Israel en estos días.

* El Profesor Nimrod Aloni es titular de la catedra Unesco de Educación Humanista en el Instituto Seminar Hakibutzim.