Hay grandes canciones y canciones mínimas, grandes historias y pequeñas historias. En esta ocasión entraremos en una de las segundas. Una extraña canción dedicada a un loro, cuyo nombre es Yosi -por favor evitar asociaciones con otros homónimos y su necesidad de hablar-.
La letra de la canción que visitamos hoy la escribió el poeta y actor Abraham Jalfi, que fuera particularmente activo previo a la creación del Estado y los primeros años de la década del 50.
En su página gavisho.com , Ofer Gavish cuenta una versión sobre el origen de esta extraña canción. Y la remonta a fines del siglo 19, en tiempos en qué Avigdor Hameiri, se desempeñaba como artista multifacético en la incipiente Tel Aviv. Si bien se destacaba por sus obras satíricas, supo incursionar en el lado «serio» del arte. Acaso una de sus producciones más famosas sea «Yerushalaim», conocida también como «Meal pisgat Har Hatzofim» (Desde la cima del Monte Scopus) según la versión musicalizada y popularizada por Yehoram Gaon desde los años sesenta.
El vínculo entre Jalfi y Hameiri no es claro, pareciera más bien referencial. Aparentemente, Hameiri era un personaje bohemio, al que habitaba cierta tristeza y melancolía, y que contaba con la compañía de un loro.
Sobre esa hipotética relación de tristeza y mutuo sostén, Jalfi decidió escribir el «Poema sobre el loro Yosi» que no tuvo mayor trascendencia hasta que en 1986 fue musicalizada e interpretado por Miki Gabrielov y Arik Einstein para el disco «Ohev lihiot babait» y luego incluido en 1988 en el disco «Meshirei Abraham Jalfi» (De los poemas de Abraham Jalfi), de Einstein con Yoni Rejter. Del disco sobre los poemas de Jalfi se destacaron «Atur mitzjej», y «Tzaar laj».
Arik Einstein anidaba la costumbre de armar dúos compositivos y creativos que lo ayudaban a desplegar su versatilidad. Lo hizo muy recordadamente con Shalom Janoj, Shem Tov Levi, Yoni Rejter o el mencionado Miki Gabrielov, con quién años más tarde compondrían otra alegoría avícola cómo «Uf Gozal» (Vuela pichón).
Pero acaso una de las primeras sociedades de Einstein fuera con Uri Zohar, con quién iniciaron la agrupación artística Lul, en la que generaron canciones y sátiras que llegaron a la radio, la televisión y el cine, hasta que Zohar se inclinó por la vida religiosa transformándose en el ultraortodoxo Rab Uri Zohar, fallecido en junio de este año. El distanciamiento ideológico produjo tal dolor en Einstein que le dedicó el tema «Hu jazar bitshuva» (Él se volvió religioso).
Las ironías del destino hicieron que los dos hijos mayores de Uri Zohar se casaran con las hijas de Arik Einstein.
Y por otras ironías del destino, una de las más recientes y bellas versiones del «Shir al ha tuki Yosi» está interpretada por un actor y cantante ultraortodoxo cómo Shuli Rand, famoso en Israel a partir de su protagónico y guion en el film «Haushpizim» y mundialmente conocido por su papel del Rabbi Soloveichik en la serie «Shtisel».
Shuli Rand nació en el seno de una familia ortodoxa de Bnei Brak. Quizás a modo de licencia artística, Rand abandonó en su juventud la práctica ortodoxa de la religión para abocarse a sus estudios de actuación en Tel Aviv, donde inició su carrera artística. Los años lo llevaron de vuelta a la vida religiosa, en este caso como miembro de los jasidei Breslav, sin abandonar su carrera artística, sino por el contrario proyectando y convirtiéndose en una referencia ineludible de la escena artística mainstream israelí, tanto en la música como en la actuación y la dirección cinematográfica. Para quienes quieran conocerlo un poco más, recomiendo el ciclo «Shuli Rand meareaj (invita)», disponible en hebreo en YouTube.
De poetas y actores, de intérpretes y compositores, de laicos y religiosos que se distancian y se encuentran va este poema de un loro, curiosamente llamado Yosi.
Me compraré un loro
Y su nombre será Iosi
Conversaré con el
Nadie nos escuchará
Y le voy a decir
La tristeza es como un vaso de vino amargo
De las uvas del alma.
Sabes, loro Iosi,
Eres un niño lírico
Te espera una muerte tranquila
Muy silenciosa.
Y entonces yo
Con el estilo de Hameiri
Le susurraré a las paredes
«Iosi murió, Iosi murió»
Y regresaré tus restos
De la jaula a la tierra
De la jaula blanca, al barro amarillo.
Sin hijos, sin una mujer lora parturienta.
A loros como vos les está prohibido amar.
Vos no vas a amar nunca, Iosi.
Los que son como vos nacieron
Para animar conversaciones
Con vos de poeta
cuyo corazón quema y arde
Entre corazones ignorantes y pecadores
Los que son como vos
Son sólo un juguete en el hogar
Con el que los niños pueden jugar.
Háblame, loro Iosi
Consolarme cómo un olivo
Hoy mi corazón está vacío.