El Presidente George Bush dijo, desde la Casa Blanca, que el responsable de lo que está ocurriendo en la región es el grupo extremista islámico Hezbollah, y agregó que es “esencial” que el gobierno libanés pueda sobrevivir a esta crisis.
Sobre la ola de violencia entre Israel y la guerrilla chiíta, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, apoyó las palabras del mandatario americano al referir que “Hezbollah comenzó el conflicto y Siria e Irán, quienes apoyan al grupo, podrían utilizar su influencia para detenerlo”.
Por otra parte, el primer ministro británico, Tony Blair, se sumó a las acusaciones hechas por Washington y apuntó hacia Irán como la nación que podría facilitar armas al Hezbollah en El Líbano y a la milicia iraquí opuesta a la presencia de las tropas británicas en Basora.
En una declaración ante la Cámara de los Comunes a su regreso de la cumbre del G-8 en San Petersburgo, el premier reconoció que la reunión en Rusia se vio ensombrecida por la escalada de la violencia entre Israel y el Hezbollah.
Según el análisis de Blair, “Hezbollah es apoyada por Teherán y Damasco: por el primero con armas -equipo que, curiosamente, son muy similares, si no idénticas, a las utilizadas contra las tropas británicas en Basora- y por el segundo de muchas maneras. Y por ambos, financieramente”.
Desvío de atención
En tanto, el Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, acusó también al Hezbollah de coordinar con Irán el secuestro de dos soldados israelíes, lo que le ha permitido a Teherán desviar la atención mundial de su programa nuclear. “Lamentablemente este truco iraní tuvo éxito,” dijo Olmert en un comunicado.
Desafiando a los enemigos del gobierno israelí, Olmert le dijo a una delegación de la ONU que la ofensiva militar en El Líbano continuará hasta que la seguridad de Israel esté garantizada y le devuelvan a los dos soldados secuestrados.
En un mensaje dirigido a los israelíes, Olmert afirmó que su país vio arrastrado a un conflicto que no deseaba, pero que debe luchar para defender su libertad. Israel “no busca una guerra, pero no se asustará por ella”.
Explicó que el ataque de Hezbollah, en la frontera norte, no fue casualidad y estuvo acordado con Irán para distraer la atención internacional de la cuestión del programa atómico de Teherán.
“Debemos eliminar toda infraestructura, golpear a cada terrorista que está atacando a los ciudadanos israelíes y destruir todas sus infraestructuras en todos los lugares”, señaló.