Yossi Beilin y la crisis en el Medio Oriente:

La acción militar israelí es legítima pero no sabia

"La acción militar israelí en El Líbano es legítima, pero no necesariamente sabia y acorde con los verdaderos objetivos de Israel. Una reacción de fuerza instintiva es comprensible por parte de un Estado como Israel cuya población civil fue atacada desde El Líbano, pero hoy es urgente lograr un mediador que detenga el fuego entre israelíes libaneses y palestinos". Así comenzó este diálogo con el líder de la oposición en Israel, por el partido de izquierda Meretz, Yossi Beilin.

Por Shlomo Slutzky (Desde Israel)

¿Ve como legítima la acción israelí en El Líbano y Gaza?

Nuestros operativos en el sur y en el norte tienen legitimidad a partir del hecho que Israel se retiró de Gaza y de El Líbano hasta la frontera internacional y hubo una provocación en nuestra contra. La pregunta es si más allá de la legitimidad, estos operativos sirven a los intereses israelíes, y temo que la respuesta es negativa.

Pero Meretz apoyó las primeras reacciones militares de Israel.

Apoyamos la legitimidad de la reacción, pero la pregunta es: ¿cuán sabio es el operativo? Si se tratara de una operación para tratar de rescatar a los soldados israelíes, lo apoyaríamos sin dudas. Pero si el operativo tiene como objetivo dejar si electricidad a Gaza, destruir puentes o matar a una mujer con sus siete hijos, eso es muy problemático.

El gobierno israelí habla de un acto de legítima autodefensa

Que esté justificado usar la fuerza no significa que sea sabio hacerlo sin límites. Quien piensa que el Ejercito de El Líbano va a bajar hasta la frontera con Israel y el Hezbollah habrá de desarmarse como producto de nuestros bombardeos, se equivoca. Esto no pasará sin un acuerdo, y debemos luchar por conseguirlo.

¿Y qué sería utilizar una «sabia medida» de fuerza?

Por ejemplo, está claro que la destrucción del sistema de electricidad u otros servicios de infraestructura en El Líbano, serán un castigo colectivo que logrará empujar a los sectores pragmáticos, del otro lado, a los más extremistas, en su odio contra Israel y su deseo de venganza.
Diferente sería el resultado de actuar directamente contra el Hezbollah y, si es necesario, contra objetivos sirios que permiten su armamento. Siria apoya la acción terrorista del Hezbollah y quien impide que el Ejército libanés baje hasta la frontera internacional y se haga cargo de la seguridad en esta zona tomada por esta organización fundamentalista islámica.

Los Estados Unidos parecieran no inmutarse demasiado por los acontecimientos en la zona. ¿Tal vez piensan que, antes, hay que permitirle hablar a los cañones?

No. No es por decisión sino por debilidad. En el caso de los Estados Unidos es casi una impotencia, que deviene también de su situación complicada con el mundo árabe a raíz de su presencia en Irak y su política de no dialogar con organizaciones como Hezbollah, Hamas o Siria, con las que necesariamente hay que hablar para llegar a un acuerdo.
Reagan envió a Philip Habib, que dio vueltas por la zona hasta que logró un cese de fuego entre Israel y la OLP en El Líbano. Lo mismo sucedió cuando se instaló, en la zona, James Baker -en 1991- hasta que logró llevarnos a la Conferencia Internacional de Paz en Madrid… Todos actuaron en una forma más efectiva que el actual gobierno norteamericano, que pareciera no entender la influencia global de la explosión en la zona.

Bush se expresó a favor del derecho a la autodefensa de Israel…

Las declaraciones grandilocuentes no sirven para frenar la violencia ni para moderar al Hamas o al Hezbollah. Puede ser que haya miembros dentro del Cuarteto de Madrid (EEUU, Rusia, UE, ONU) que estén dispuestos a entrar de lleno en la búsqueda de una salida de la situación, ya que las tres partes -El Líbano, Israel y la AP- necesitan con urgencia un mediador. Mubarak, por ejemplo, me parece el mediador adecuado y creo que el Cuarteto debería apoyarlo en esa misión.