12 años del atentado a la AMIA

El Congreso Judío Mundial recibió a Memoria Activa

A la vuelta de su exitoso Mundial, el arbitro argentino Elizondo confesó que al expulsar a Zidane -el símbolo del equipo francés- por un cabezazo al italiano Materazzi, luego que este lo tildara de argelino terrorista y otra cositas, el expulsado le dijo que entendía su postura pero que había algo que el no vió. Pasados unos días, el referee reflexionó diciendo que estaba seguro que el francés tuvo motivos de sobra para hacer lo que hizo, que quizás en su lugar -él- hubiese hecho lo mismo, pero que no podía ayudarlo. Esa misma sensación experimentó Memoria Activa en su reunión con el rabino Israel Singer y Matithiau Droblas del Congreso Judío Mundial (CJM) -el pasado viernes 14 de julio, en un hotel de Buenos Aires- salvando las enormes distancias.

Por Roberto Moldavsky

Ante los reclamos de Adriana Reisfeld y Enrique Churba, ambos dirigentes de Memoria Activa, las respuestas se asemejaban bastante a los sentimientos de Elizondo: – ¡sé que tienen razón pero no podemos ayudarlos!

Memoria Activa planteó más preguntas que explicaciones:

¿Por qué el CJM se empeña en apoyar a los dirigentes comunitarios cómplices?
¿Por qué el CJM no se pronuncia en el tema y exige una autocrítica de AMIA y DAIA?

El rabino Singer, hijo de sobrevivientes de la Shoá (Holoausto), contestaba con ejemplos recurrentes de su experiencia en estados Unidos Luego de la Segunda Guerra Mundial; de cómo tenía una larga cuenta con los nazis, los europeos, pero especialmente con los neutrales y la comunidad judía norteamericana que no hizo lo suficiente, y luego decidió enfocar su odio, principalmente, en los alemanes.
Se refirió también, a una marcha organizada durante aquella guerra contra el comportamiento del establishment comunitario, a la que sólo fueron 300 personas de una población 5.500.000 judíos.
Singer contó, además, que propició una ley, en los Estados Unidos, que obligaba a expulsar de ese país a todas aquellas personas que colaboraron con el nazismo. Dice que le contestaron que, en ese caso, también había que deportar a los judíos colaboracionistas.

Tanto Singer como Droblas reconocieron la lucha de Memoria Activa y los instaron a no abandonar el camino de la búsqueda de la verdad. Incluso, éste último, reconoció la inacción del Estado de Israel en el esclarecimiento del atentado a la Embajada (donde murió su sobrina Marcela Droblas), y sugirió que, quizá, las cosas hubiesen sido distintas si se hubiese aclarado el primer atentado de marzo de 1992.

En una reunión pensada para quince minutos que se extendió por más de una hora, dos cosas quedaban claras

1-Singer y Droblas sabe muy bien quién es quién en este proceso.
2-Nunca lo van a reconocer públicamente.

Cuando Memoria Activa se retiraba del hotel donde transcurrió la reunión, estaba por ingresar al encuentro de las autoridades del CJM, un grupo de Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA.
¿Habrá cumplido el rabino Singer con su promesa de tratar de generar autocrítica, como se hizo en su país -como a él le gusta decirlo-…de las puertas hacia adentro?