Ambiguas declaraciones de Arafat:

“Los 18 militantes de la Mukata serán trasladados a Gaza o Jericó”

En su edición electrónica, el matutino israelí “Haaretz” informó que el líder palestino, Yasser Arafat, manifestó su voluntad de trasladar a Jericó o a la Franja de Gaza a los militantes palestinos que hasta ahora cobija en la Mukata, su “cuartel general”, en Ramallah, Cisjordania. Sin embargo, los militantes advirtieron que no están dispuestos a abandonar ni la ciudad ni el cuartel general de Arafat. A raíz de la negativa de esta veintena de militantes, a ser traslados a una penitenciaria de Jericó, Cisjordania, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado del partido Al Fatá de Arafat, amenazaron la semana pasada con romper la tregua decretada a finales del mes de junio. Sin precisar fechas exactas, Arafat, refiriéndose a los militantes, sostuvo a la prensa que “los enviaremos a Gaza o a Jericó”. Según fuentes palestinas, el traslado de los activistas podría ser interpretado por los israelíes como un gesto que propicie, en el futuro cercano, la retirada de Ramallah, ciudad en la que Arafat permanece sitiado desde finales de 2001.

Los responsables de seguridad palestinos, que el sábado parecían dispuestos a las concesiones, finalmente acordaron que no permitirán el traslado de los 18 activistas, acusados por Israel de haber participado u ordenado atentados terroristas, a Jericó ni a Gaza, ni siquiera bajo vigilancia de observadores americanos y británicos. Los activistas permanecerán en la “Mukata” hasta que israelíes y palestinos hallen una salida negociada a la situación. Para acceder al traslado, la AP exige garantías sobre la seguridad física de los refugiados, tanto a Israel como a la Comunidad Internacional.

Se quedarán, por ahora

Trece de los 18 activistas detenidos, en la noche del sábado 2 de agosto, optaron por suspender la huelga de hambre que habían iniciado la noche misma de su detención, para protestar contra la medida. Los cinco restantes habían aceptado ser trasladados a Jericó. En virtud de que los activistas se comprometieron a respetar la tregua de tres meses, el ministro de Asuntos de Seguridad, Mohamed Dahlán, aseguró que no existen ya motivos para que los activistas permanezcan detenidos y, mucho menos, para ordenar su traslado. La dirección -si es que puede aplicarse el término a una organización tan fragmentada- de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa negó haber amenazado con romper la “hudna” decretada a fines de junio. Las amenazas provinieron de algunas células rebeldes del grupo, asentadas en el norte de Cisjordania.

Reunión sin frutos

De esta manera, la retirada de Israel de Ramallah parece cada vez más lejana, según reconoció a Dahlán el propio Gilad. El Estado Mayor israelí ofrece retirarse, en primera instancia, de las ciudades de Qalquilia y Jericó; la AP, por su parte, no declina sus exigencias: Ramallah y Hebrón.
Otra reunión infructuosa fue la celebrada en Jerusalem por los ministros de Asuntos Exteriores Silván Shalom y Nabil Shaath. Tras haberse negado a aceptar una tregua permanente como condición de futuras discusiones, Shalom afirmó que Israel no seguirá aplicando los pasos previstos en el “Mapa de Rutas” hasta tanto los palestinos no desmantelen sus infraestructuras terroristas. Shaath, por su parte, advirtió que la construcción del muro entre Israel y Cisjordania hace peligrar todo el proceso de paz.
Otro tema que mina la esperanza de paz es el de los prisioneros palestinos. Aunque en un primer momento Israel se había comprometido a liberar a 540 prisioneros, el ministro de Justicia, Yosef (Tommy) Lapid anunció la liberación de 447. Entre quienes permanecerán detenidos se encuentran algunos reclusos de Hamás, del Yihad Islámico y de Al Fatah; también hay prisioneros administrativos (no juzgados) y presos comunes.