Entretanto, cazas israelíes, en la madrugada del 14 de julio, atacaron la principal carretera que une Beirut con Damasco, según indicó el Ejército israelí.
Las fuerzas israelíes ya habían bombardeado el aeropuerto de la capital y bases militares de El Líbano e impusieron un bloqueo naval al país vecino.
Por su parte, Hezbollah disparó cohetes contra localidades israelíes, uno de los cuales se cobró la vida de una mujer israelí (de origen argentino), dejó una docena de heridos y le costó la vida a ocho soldados israelíes, tres de los cuales murieron en el ataque del miércoles en el que fueron secuestrados los dos militares.