«No podemos tolerar una situación en la que una organización terrorista está operando desde un país soberano contra nuestra frontera norte y amenazando a alrededor de medio millón de civiles israelíes», afirmó el portavoz del Ejército, capitán Jacob Dallal.
Según Dallal, 220.000 israelíes se encuentran ahora en refugios antibomba en el norte de Israel para evitar los disparos de cohetes. El pasado 13 de julio, los Katiushas alcanzaron, poo primera vez en la escalada del conflicto, a la tercera ciudad del país, Haifa.
Dos israelíes han muerto y unos 50 han resultado heridos por los disparos de cohetes desde que Hezbollah secuestrara, el pasado miércoles 12 de julio, a otros dos soldados israelíes.
Según Dallal, los últimos cohetes cayeron en Nurit y Ezen Menahem, sin provocar víctimas. «Estamos defendiendo a una parte significativa de la población israelí que ha sido atacada por disparos de misiles», concluyó.