«Su Majestad el Rey Abdala II ha aceptado recibir en Jordania a dos hijas de Saddam Hussein, Ragad y Rana, y a nueve niños que las acompañan por razones humanitarias y en razón de la difícil situación de su país», manifestó Nabil al Sharif.
Medios de información árabes informaron que, desde la caída del régimen de su padre, Ragad y Rana habitaban con sus nueve hijos en dos minúsculas habitaciones en una casa de Bagdad.
Para Rana y Ragad, Jordania es el país con el que protagonizaron el mayor escándalo que ha vivido la familia del dictador.
En 1995 las hermanas se fugaron hacia allí con sus maridos, los también hermanos Husein Kamel Hasan (teniente general) y Sadam Kamel Hasan, que habían prometido derrocar a su suegro.
Seis meses después, se desconoce qué los motivó a regresar a Irak -en febrero de 1996-, lugar en el que fueron asesinados a las pocas horas de haber pisado nuevamente su suelo natal.
Rana y Ragad nunca mencionaron palabra sobre lo acontecido, todo este tiempo vivieron con su madre (Sadija, de la que Sadsam se divorciara en 1980).
Entonces, la televisión oficial iraquí informó de que las hijas de Saddam «ignoraban las intenciones » de sus maridos y que podrían haber viajado engañadas pensando que iban de vacaciones a Jordania.
Dsus esposos murieron a manos de miembros de su propio clan familiar Al-Mayid, para el que «la sangre de los Kamel debía ser vertida debido a su traición a la patria». Curiosamente, antes de la ejecución, en aquellas 72 horas transcurridas entre el regreso a Irak y el asesinato, las hijas de Saddam se divorciaron de sus maridos.
Sabían demasiado
Lo cierto es que Husein Kamel era, hasta su huida a Jordania, en agosto de 1995, el responsable de la Industria Militar iraquí, tenía a su cargo todo el programa armamentístico de Irak, y su hermano Sadam Kamel era uno de los jefes de la poderosa Guardia Republicana, el cuerpo militar de élite del Ejército iraquí.
El conocimiento militar de Husein Kamel podría suponer un riesgo notable para la seguridad iraquí, dado que éste controlaba temas como, por ejemplo, los misiles Scud o los arsenales químicos.
Sadam Kamel Hasan, por su parte, disponía de toda la documentación referida a una de las secciones más sofisticadas y modernas del Ejército iraquí: la de los misiles tierra-tierra.
