Elecciones en Amia: resultados inesperados y desafíos

A pocos días de lo comicios en la AMIA, presentamos un primer análisis de Susana Gelber, de Meretz Argentina y Tzavta, con algunas conclusiones y evaluaciones sobre los resultados y los procesos que subyacen en esta elección
Por Susana Gelber *

En la noche del domingo 10 de abril, casi al cierre de esta edición, terminó el escrutinio de las elecciones para elegir la asamblea de representantes (RAT) de la AMIA. Estas elecciones estaban previstas para abril del 2020 y fueron postergadas por la pandemia, por lo cual el mandato de la actual conducción se prolongó de 3 a 5 años.

La elección se dirimió entre 3 listas, pero con una fuerte polarización entre la actual conducción del Bloque Unido Religioso (BUR),la Lista 3 y UNA AMIA (lista 2) coalición de más de 40 instituciones (socio deportivas, conservadoras, liberales, movimientos sionistas, escuelas, centros culturales). Se logró construir una real alternativa, consolidando un trabajo a través del tiempo. Luego la lista 1, SOMOS AMIA, integrada por movimientos sionistas, con varios integrantes en funciones en la actual conducción.

Es importante señalar, que la elección es indirecta: lo que se eligió el domingo son 90 representantes titulares y 24 suplentes. De estos titulares va a surgir la nueva Comisión Directiva. En las tres primeras reuniones, para lograr conformar la comisión directiva se necesita el 60% de los votos del total, de no lograrse, en la siguiente con la mitad más uno de los presentes, alcanza.

El resultado que obtuvo el BUR fue contundente. Pero la participación fue más baja que las previstas por las dos principales fuerzas. Es un elemento a tener muy en cuenta y a analizar para el futuro. Si bien faltaría un análisis de la composición socio demográfica del voto, distintas fuentes le atribuyen al BUR un importante porcentaje sefaradí, cuyo interés principal radica en mantener la defensa del Rabinato ortodoxo, con la exclusión de las corrientes conservadoras y reformistas, más que en la preservación de los cementerios, ya que tienen los propios.

El BUR accedió a la conducción en el 2008. Y se fue consolidando poco a poco pero siempre con alianzas, como por ejemplo en el 2013. Ya en el 2017 ganó con mayoría propia, pero para eso incidió la no presentación de los que hoy conformamos UNA AMIA. Obtuvomenos votos que en el 2013, pero igualmente le representó el 76.69% y 70 representantes en el RAT, a pesar de lo cual les costó muchas veces lograr el quorum, para tratar distintos temas de gestión.

En cambio, en estas elecciones obtuvo 53,82% pero con la totalidad de las instituciones y movimientos presentes. En el 2013 obtuvo 6194; en el 2017, 4990 y en esta última, 5057. Luego del descenso pronunciado en el 2017, prácticamente, ahora, no incrementó sus votos, ya que solo sumó 157, en relación a la anterior elección. Es importante hacer notar que la movilización electoral fue menor en el 2017, ya que no había riesgo de perder la conducción, por nuestra abstención. Llama la atención que, en esta oportunidad, no haya aumentado en mayor proporción sus votos,a pesar de que el motor de la participación sea la defensa de preceptos religiosos, lo que los vuelven incontestables.

El caso de la lista 1, también es interesante porque va marcando una tendencia. En esta oportunidad se presentaron en coalición los Movimientos Sionistas AVODA, LIKUD, Sionistas Apartidarios, MSR, Herut, que comprometieron en su difusión a las Tnuot respectivas. A pesar de esto, su caudal electoral fue magro: no lograron potenciarse con la incorporación de AVODA, otrora partido predominante en nuestra Comunidad, que llegó a conducir las tres entidades centrales (AMIA, DAIA y OSA).  

Todos juntos lograron 734 votos, lo que representó un 7.81%en conjunto, y solamente 7 delegados. Quedó expuesta la debilidad de los partidos tradicionales. Esto se vio agravado porque se presentaron como la opción sionista, cuando en realidad, no representaban la totalidad; lo cual se entiende en términos de campaña electoral, pero tiene el riesgo de debilitar al Movimiento Sionista en su conjunto.

En el caso nuestro, el de UNA AMIA, son tres años ininterrumpidos de trabajo. En los dos años de pandemia se trabajó internamente para consolidar la coalición, a pesar de lo cual AVODA se retiró, al igual queel Seminario Rabínico Latinoamericano. Con los resultados se podría decir que UNA AMIA no fue perjudicada por esto. Pero la realidad es que se esperaba una afluencia superior de votantes, que no se concretó.

Esta situación se podría estar dando probablemente por la lejanía que siente el socio medio,que no se considera parte y opta por no votar. Habría que tener en cuenta que vivimos en una sociedad moderna con multiplicidad de intereses, de ahí la fragmentación y la polarización. Por lo cual, muchos socios solamente sientencercanía con las instituciones a las que concurren, sean socio deportivas, sinagogas, instituciones culturales, pero no con la AMIA. Un dato importante a considerar es cómo va bajando la participación de una elección a otra. En el 2011, se superó los 11200 votantes, en total; en el 2013 fueron cerca de 14600 socios, que representaron más del 56% del padrón. En la última, lo hicieron 9396 socios, un 45% del padrón. Vemos una importante disminución de la participación del alrededor del 35%, en relación al 2013.

A pesar de no haber logrado el objetivo mayor, que era ganar, por lo menos con la primeraminoría, se obtuvieron un poco más del 38% de los votos, que se traducen en 34 representantes. Se han dado hechos positivos y auspiciosos para el futuro. Entre estos puntos se pueden enumerar:

– La conformación de una coalición, amplia, plural y diversa, que en sí misma mostraba el programa a implementar. La misma está conformada por una amplia y variada cantidad de instituciones, movimientos políticos, que buscaron sintetizar un programa, logrando consensuar los puntos de unión por sobre las diferencias y con una fuerte construcción de confianza.

– UNA AMIA sobrellevó la pandemia y sus efectos, y el cambio en el liderazgo. Es importante destacar el rol del liderazgo consensual, representado por Mario Ruschin, lo que ayudó enormemente al clima que se fue conformando y que posibilitará el trabajo a futuro.

– La lista de UNA AMIA contó con un 40% de candidatas mujeres al RAT, que contrasta con el 0% de la lista del BUR. Es interesante observar que las mujeres fueron a votar, pero no se las considera para ejercer derechos políticos activos. Por el contrario, UNA AMIA ubicó en los 10 primeros lugares, en forma alternada a mujeres y hombres.

– En este orden, en la campaña, se fue conformando un nuevo liderazgo, conformado por mujeres con amplia experiencia política comunitaria, que incluso ejercen la presidencia de instituciones, y que por derecho propio han ocupado lugares de liderazgos y están llamadas a seguir creciendo. Lo mismo jóvenes que estuvieron participando en forma protagónica. Lo que nos asegura crecimiento y recambio generacional.

– Ahora se inicia un proceso de revisión y debate interno de cada una de las instituciones que integran la coalición y un debate del conjunto, para examinar cómo encarar el futuro y las enseñanzas que nos dejó esta elección para hacer las correcciones necesarias para las próximas elecciones en 2025.

Entre los desafíos, no solo está el de conectar con más socios y motivar a la incorporación de nuevos. Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de reformar el estatuto de AMIA: no solo está atrasado, ya que tiene más de 60 años, sino que no refleja la realidad de su peso institucional. En el mismo está prevista un comité electoral integrado por el presidente, el secretario general y el tesorero, todos del oficialismo. Quienes elaboraron un reglamento electoral muy restrictivo para los fiscales de las listas, limitando enormemente sus posibilidades de actuación. Además, el escrutinio no se hace en cada mesa del lugar de votación, a la vista de los fiscales, sino que las urnas se sellan y se escrutan en conjunto en AMIA. Los dos apoderados de cada lista tienen que atender 10 mesas de escrutinio a la vez. Si bien no hay cuestionamientos en cuanto al resultado, convengamos que no se cumplen con las mínimas normas electorales que le dan legalidad y legitimidad al proceso. Pero esto se va a poder lograr reformar si ganamos la elección, porque este sistema cerrado favorece al actual oficialismo, lo mismo que el sistema electoral indirecto.

En conclusión, tenemos muchos desafíos: el primero es ser conscientes de la realidad compleja que atraviesa nuestra Comunidad, no exenta de lo que lo está la sociedad argentina y lo que sucede a nivel internacional.

Seguramente, se analizará bien el mapa, y se implementarán nuevas estrategias que posibilitarán motivar a los socios actuales y futuros a un mayor compromiso militante. El camino es seguir trabajando, construyendo unidad en la diversidad y finalmente lograremos ganar y hacer los cambios que demandan, incluso los que no se sienten motivados para votar.

* Lic. en Ciencia Política (UBA). Maestrando en Análisis, Gestión y Derecho Electoral (UNSAM)