Del dicho al hecho suele haber un trecho. Salvo para los palestinos encarcelados en las prisiones israelíes. Hisham Abdel Razeq, ministro palestino para los prisioneros, ya preanunció el pasado miércoles 30 de julio en Ramallah, inminentes amotinamientos y huelgas de hambre en las cárceles de Israel como medida de protesta por las condiciones de habitabilidad en la que se encuentran los internos y la negativa del gobierno de Sharón de poner en libertad a la gran mayoría de los reclusos.
Un día después, efectivamente, un número indefinido de los 613 presos palestinos de la cárcel de Shikma, en la ciudad mediterránea de Ashkelon, se amotinaron después de que personal de seguridad intentara registrar una celda y descubrir un mapa de la prisión.
El motín fue repelido dejando un saldo de 20 reclusos y 5 miembros de seguridad heridos. Según las autoridades israelíes, la revuelta no tuvo relación con las exigencias de los palestinos sobre la liberación de sus presos. Responsables palestinos aseguraron, sin embargo, que este ha sido el primer motín de una larga serie que se sucederá en las prisiones israelíes.
Nuevos asentamientos
También ayer, jueves 31 de julio, el Ministerio de Defensa autorizó la licitación de 22 nuevas viviendas en el asentamiento judío más grande de la franja de Gaza, Neveh Dekalim.
Pese a que el “Mapa de Rutas” manifiesta claramente que debe congelarse “toda actividad en los asentamientos”, incluida la que se refiere al llamado crecimiento natural de los mismos, el gobierno de Sharón apuesta a la construcción de dichas casas.
El muro
Como para dejar sembradas más señales sombrías en el terreno, en Israel se anunció, también, la finalización de la primera etapa (145 kilómetros) del muro de seguridad.
Este anuncio coincidió con una manifestación de pacifistas palestinos, israelíes e internacionales en Qalquilia en contra de esta faraónica obra que no hace sino más difícil la creación de un Estado palestino viable. Se estima que la segunda parte debería estar finalizada a fines del corriente año.
¿Fracaso de las negociaciones?
El muro fue, de hecho, una de las razones del fracaso de la reunión de cuatro horas mantenida en la noche del miércoles 30 de julio por el responsable de la seguridad palestina, Mohamed Dahlán, y el ministro israelí de Defensa, Saúl Mofaz.
Los palestinos manifestaron su hartazgo por lo que llamaron “retiradas cosméticas” (como la llevada a cabo a principios de julio en Belén, que sigue aislada del mundo desde entonces), y exigieron que el próximo repliegue del ejército israelí incluya el centro urbano de Ramallah y Hebrón (Mofaz ofreció Qalquilia y la nunca ocupada Jericó).