La herencia judaica en Erich Fromm

Si bien fue un pensador humanista secular, identificado con el marxismo y el psicoanálisis, el pensamiento de Erich Fromm hunde sus raíces en la tradición judía.
Por Luis Morgenstern Korenblit

La Escuela de Frankfurt fue uno de los primeros grupos que introdujo a Freud y al psicoanálisis en su teoría social. Erich Fromm (1900-1980) fue uno de los primeros en llevar a cabo una síntesis de Marx y Freud, y en desarrollar una psicología social marxista. Nacido en Frankfurt, Alemania, en 1900, Fromm estuvo afiliado al Instituto de Investigación Social de 1928 a 1938. Formado en psicoanálisis, combinó la psicología freudiana con la teoría social marxista.
Sin embargo, Fromm también estaba profundamente inmerso en el judaísmo y más tarde indicó cómo fue influenciado por los temas mesiánicos en el pensamiento judío: «Más que nada, me conmovieron los escritos proféticos, de Isaías, Amós, Oseas; no tanto por sus advertencias y su anuncio de desastre, sino por su promesa del ‘fin de los días’… La visión de la paz universal y la armonía entre las naciones me conmovió profundamente cuando tenía doce y trece años».

Orígenes

Erich Fromm se crió en Fráncfort del Meno, en el seno de una familia judía que seguía estrictamente los preceptos de la religión: muchos de sus miembros fueron rabinos. El propio Fromm también quiso inicialmente seguir ese camino de vida. Su tío abuelo, el rabino Ludwig Krause y los rabinos Nehemía Nobel y Salman B. Rabinkow lo introdujeron en las sagradas escrituras judías. Su fervor religioso haría que sus compañeros de escuela le apodasen “el piadoso”, y tuvo la intención —que no llegó a materializar debido al rechazo paterno— de viajar a Lituania para profundizar en las enseñanzas rabínicas.
En 1926 contrajo matrimonio con la psicoanalista Frieda Reichmann, de quien se divorció en 1931. A fines de 1929 abandonó la vida religiosa ortodoxa judía. En 1944 se casó en segundas nupcias con una inmigrante judeoalemana, Henny Gurland, fallecida en 1952 mientras vivían en México. El 18 de diciembre de 1953 volvió a contraer matrimonio con Annis Glove Freeman.
Obligado a huir de la Alemania nazi en 1933, Fromm se instaló en los Estados Unidos y dio clases en la Nueva Escuela de Investigación Social, en Columbia, Yale y Bennington. Se radicó algunos años en México, donde se dedicó a la docencia universitaria y fundó el Instituto Mexicano de Psicoanálisis. En 1974 se estableció en Muralto, Suiza, donde falleció en 1980.
Las raíces judías de su pensamiento
Fromm estaba profundamente influenciado por la seria investigación académica de sus antepasados, y él mismo era un erudito muy dedicado que también estaba fuertemente animado por un sentido de los valores morales y un apasionado deseo de justicia – motivos influenciados por su educación judía. A lo largo de su juventud, estuvo profundamente involucrado en el estudio del Talmud, y con su amigo Leo Lowenthal, más tarde un importante miembro de la Escuela de Frankfurt, se unió al círculo en torno al eminente Rabino Nehemías Nobel, rabino de la mayor sinagoga de Frankfurt.
En la década de 1920, participó en la formación de la Freies Judisches Lehrhaus (Escuela Judía Libre) en Frankfurt junto a Franz Rosensweig, Martin Buber y otros destacados intelectuales judíos. La escuela era «libre» porque no había restricciones de admisión y era administrada totalmente por los profesores y los estudiantes mismos, sin ninguna autoridad externa. Después de estudiar en Frankfurt durante dos semestres, Fromm fue a Heidelberg en 1919 donde estudió sociología, psicoanálisis y filosofía y completó un doctorado en sociología sobre Derecho Judío: Una contribución a la sociología de la diáspora judía, dirigido por Alfred Weber. Durante sus estudios en Heidelberg, se familiarizó con el jasidismo de Jabad a través del rabino Salman Rabinkow, quien también le inculcó una visión mesiánica del socialismo.


A Fromm le impresionó el énfasis jasídico en l los rituales de la vida cotidiana y la importancia de los valores morales y de cómo se vive realmente, en contraposición al racionalismo intelectualista de algunas formas de teología judía.
La disertación de Fromm llevó a cabo investigaciones sociológicas de tres comunidades judías: los karaítas, los jasidim y la judería reformista. Fromm concluyó su disertación argumentando que el jasidismo “no busca cambiar la religión por el bien de la economía sino superar la necesidad a través del poder de la religión…. El Karaísmo y la Reforma carecen de nuevas ideas religiosas, dogmatizan la religión. El jasidismo, en cambio, integra su vida religiosa específica en la estructura sociológica del judaísmo, evita el dogma y conserva la validez objetiva de la ley. El judaísmo reformista es la salida no creativa e ideológica que toma el lugar del bautismo masivo. El jasidismo es la salida creativa y religiosa que supera el pseudo-mesianismo”.
Se dice que Fromm nunca se cansó de cantar canciones jasídicas o de estudiar las escrituras. En la década de 1920, Fromm participó activamente en varios grupos que promovían la religión y la cultura judías, y ayudó a fundar la Escuela Judía Libre, en la que enseñó durante algunos años. El retorno a la tradición judía en Weimar se vio influido en parte por la situación económica y política extremadamente precaria, que incluía estallidos de antisemitismo.

Viraje al humanismo

La posición crítica de Fromm hacia el judaísmo y la sociedad burguesa de la época fue sin duda influenciada por su movimiento hacia un Humanismo socialista que lo llevaría a intentar combinar a Marx y Freud; una versión de un Humanismo animado por la preocupación por la moralidad y la justicia que fue moldeado por su temprana inmersión en el judaísmo. A finales de los años veinte, Fromm se convirtió en un miembro destacado del Instituto de Psicoanálisis de Frankfurt (el segundo instituto de este tipo que se formó en Alemania, después del de Berlín).
En los años siguientes, siempre insistiría en que la sociología y la psicología deben combinarse en el estudio de los fenómenos religiosos y todos los demás fenómenos socioculturales. Fromm esbozó el esquema básico de su proyecto en su artículo «El método y la función de una psicología social analítica» subtitulado «Notas sobre el psicoanálisis y el materialismo histórico». Argumentó que la teoría de Freud, correctamente interpretada y reconstruida, es compatible con el materialismo histórico
Sin embargo, a finales de los años veinte, comenzó a ser más crítico con la religión organizada. La concepción clave del psicoanálisis para Fromm es la «adaptación activa y pasiva del aparato biológico, los instintos, a la realidad social». El psicoanálisis es especialmente valioso para la psicología social, ya que busca «descubrir las fuentes ocultas de los patrones de comportamiento obviamente irracionales en la vida social — en la religión, las costumbres, la política y la educación». De esta manera, Fromm estaba empezando a ver toda la religión organizada como una forma de comportamiento irracional que manipulaba las necesidades humanas — una concepción que también fue propuesta por Freud en «Futuro de una ilusión». Así, Fromm se estaba distanciando definitivamente del judaísmo ortodoxo.
Además, su posición era fuertemente secular; se identificaba con el ethos secular de la modernidad. Creía que una «psicología social analítica» es totalmente compatible con el materialismo histórico, ya que ambas son ciencias materialistas que «no parten de ‘ideas’ sino de la vida y las necesidades terrenales».
Sin embargo, Fromm nunca se suscribió completamente a una versión reduccionista de la teoría freudiana o marxista. Aunque el materialismo histórico tiende a asumir la primacía de las fuerzas e intereses económicos en la vida individual y social (mientras que el enfoque psicoanalítico se centra en las fuerzas instintivas y psicológicas), creía que pueden ser sintetizadas de manera fructífera. En particular, creía que una psicología social analítica puede estudiar las formas en que la estructura socioeconómica influye y moldea el aparato instintivo tanto de los individuos como de los grupos.
Fromm sería, durante la próxima década, una fuerza importante en la defensa de un humanismo marxista que se preocuparía tanto por el pleno desarrollo del individuo como por la creación de una sociedad justa e igualitaria. Tal proyecto fue obviamente frustrado por el ascenso del fascismo, y Fromm y sus compañeros del Instituto de Investigación Social, exiliados en los Estados Unidos después de 1934, dedicaron muchos esfuerzos a aclarar este extraño fenómeno de una doctrina agresivamente antimoderna que aparece en medio de la modernidad, utilizando técnicas avanzadas de comunicación y manipulación para controlar a las masas y tecnología de puntapara llevar a cabo la guerra imperialista, así como la guerra contra los judíos.
Hasta su muerte en 1980, Fromm siguió siendo un escritor prolífico, publicando una serie de libros que promovía y desarrollaba su singular síntesis de ideas marxistas, freudianas y judías inspiradas o inflexionadas. Hasta el final, siguió defendiendo una posición socialista humanista y democrática, y afirmó que tales elementos eran intrínsecos al marxismo. Fromm representa una forma de pensamiento que es a la vez radicalmente secular y que, sin embargo, intenta preservar elementos de la cultura judía que considera valiosos.
En su momento, Fromm dejó de lado su participación religiosa y comunitaria pues consideraba que las religiones separan a las personas y habría que tratar de buscar la unión de toda la humanidad. Aun así, el pensamiento judío estuvo siempre presente en su obra, cuyo principal pilar fue el humanismo judío.

Síntesis: el humanismo judío

En 1966, Erich Fromm publicó una obra en la que se propuso interpretar la tradición religiosa judía desde una perspectiva “radical”. Por “radical” este autor entendía su particular revisión de las teorías psicoanalíticas sobre el individuo y la sociedad que le dieron fama mundial. Quizá podríamos leer “Y seréis como dioses” como una obra muy personal que conecta las vivencias pasadas, que tanto peso tendrían en el mundo interno de Fromm, con el presente de un autor que ya había alcanzado su madurez intelectual y el prestigio académico como científico social. Este trabajo está centrado en la religiosidad judía. Ya desde las primeras páginas del libro, Fromm agradece a sus maestros sus enseñanzas, y se reviste de su autoridad para afirmar que “en ningún momento” se interrumpió la continuidad entre las enseñanzas de estos y sus propias opiniones. Es decir que, aunque no nos lo diga explícitamente, su interpretación de la tradición religiosa judía (que enmarca en la corriente humanista del judaísmo rabínico), tendrá en realidad una raíz netamente asquenazí.
La aversión de Fromm a los horrores de ambas guerras mundiales lo hizo sospechar del nacionalismo, y, aunque fue brevemente sionista en los años 20, luego fue crítico de la política de Israel hacia los árabes y de los judíos que apoyaban su opresión. Más bien, el humanismo de Fromm era amplio y ecuménico, y su deseo de justicia, universal.
Falleció el 18 de marzo de 1980 en Muralto, Suiza donde se había radicado en 1974.

 

Fuentes:

https://leyderecho.org/judaismo-de-la-escuela-de-frankfurt/

https://psicologiaymente.com/cultura/libros-de-erich-fromm

Dorado Juan. (2012). El judaísmo dialéctico de Erich Fromm. Foro Interno, 12, 181-197.

https://books.openedition.org/ariadnaediciones/1619?lang=en