Las reuniones entre los pesos pesados del mundo árabe se suceden y desde todas se envían los mismos mensajes: es necesaria la unidad de los palestinos. Hosni Mubarak ha sido, sin duda, el más activo. El egipcio se entrevistó en apenas unas horas con el Rey Abdalá II de Jordania, en Sharm el Sheij; con el Presidente palestino, Mahmud Abbas, en El Cairo, y ahora lo hará con su colega sirio en Damasco, Bashar al-Assad.
También se han visto las caras Abbas y Abdalá II y éste se unirá a Mubarak y Al Assad para una cita tripartita el próximo fin de semana, en la que además de los palestinos se hablará de las serias diferencias entre Damasco y Ammán tras la captura en Jordania de una célula de Hamas cargada de explosivos procedente de Siria.
Damasco, precisamente, resulta esencial para el visto bueno a cualquier acuerdo que salga de Gaza sobre el Documento de Reconciliación Nacional, propuesto por los presos palestinos en las cárceles israelíes.
«El acuerdo está cerrado en un 98%», afirmaron distintos protagonistas del diálogo entre Hamas y Al Fatah, entre ellos el propio primer ministro, que bien pudiera dejar de serlo muy pronto, Ismail Haniyeh.
Quedan, sin embargo, algunos puntos a trabajar, pero ninguno de ellos haría fracasar esta apuesta a la unidad nacional.
Del lado israelí, el documento de los presos tiene un rechazo asegurado. Ehud Olmert, quien también se ha reunido ya con Mubarak y el Rey de Jordania y que en breve lo hará con Abbas, apuesta por el diseño unilateral de las fronteras de Israel para el 2010.