Comenzamos esta serie de artículos vinculados a los Memoriales del Holocausto/Shoa en Europa, con una pregunta que se inspira en el cambio en cuanto a la forma de representar los dramas y tragedias humanas: ¿cómo afecta el diseño de los memoriales a la forma en que percibimos o experimentamos estas obras?
Sabemos que la arquitectura memorial o las diferentes formas del arte que representan la Memoria del Holocausto / Shoa han ido experimentando un vertiginoso cambio cuanto más se distanciaron en el tiempo de aquél hecho que provocó una inflexión en la historia de la Humanidad.
De ahí que los memoriales en la actualidad interpelen al espectador desde formas más abstractas y desde nuevas y más profundas construcciones de sentido, a partir del uso de formas, materiales y espacios diferentes.
El diseño de un sitio memorial, de una obra, o un tipo de arquitectura de estas características, considera en su matriz la necesidad tangible de establecer un enlace entre el hecho que se rememora (el pasado) y nuestro presente, otorgándole un sentido a esa/e ausencia/vacío.
Sin embargo, en este primer artículo observaremos dos Memoriales cuyo diseño no es radicalmente abstracto, como otros. Estas obras se encuentran en un mismo edificio a pocos metros de distancia uno del otro, pero ambos instalados con el mismo propósito: recordar los Kindertransport (el rescate de niños de diferentes países de Europa ocupados por el nazismo, para ser enviados al Reino Unido)
La despedida
El edificio que contiene estos dos memoriales es la estación central de trenes de Praga (Hlavní nádraží). El primero de ellos se encuentra en uno de los pasillos en la planta baja que conduce a los andenes de trenes y se llama Memorial a la despedida, en checo Památník rozloučení. Fue inaugurado el 27 de mayo de 2017, y consiste en una puerta original de un vagón de tren del año 1939 en cuya ventana pueden observarse manos de niños en señal de despedida. Se trata de un homenaje a los padres de los niños Winton, quienes se despidieron de sus hijos que viajaron a lo desconocido. La mayoría de esos padres que despidieron a sus hijos en este lugar no sobrevivieron al Holocausto. Es la recreación de la despedida de esos niños que dejaron su familia, su hogar, su país y su inocencia atrás.
Este memorial fue diseñado por Stuart Mason y el autor de la decoración en vidrio (grabado) es
el vidriero Jan Huňát. En la placa adjunta se lee lo siguiente “El memorial de despedida es un símbolo de la
valentía y el amor de todos los padres que, en 1938 y 1939, independientemente de su propio destino, subieron a
sus hijos a los trenes, derramaron lágrimas en sus ojos y corazones y los enviaron a un lugar seguro para salvar
sus vidas. La mayoría de los padres murieron durante el Holocausto.” Los hijos de Winton. Fue develado por dos de los 669 rescatados, Milena Grenfell-Bainesová y Zuzana Marešová
El otro Memorial, a pocos metros, es el más conocido quizás. Se trata del monumento a Sir Nicholas Winton.
Consiste en una estatua de bronce realizada por Flor Kent e inaugurada el 1 de septiembre de 2009. Al lado de
Winton aparece una niña de pie, figura que está inspirada en la nieta de una mujer salvada al viajar a Gran Bretaña en 1939. El año anterior, antes de la Kristallnacht, el pogrom de noviembre de 1939, la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña había aprobado un proyecto de ley en favor de los refugiados menores de 17 años, estableciendo que de antemano se garantizara una familia de acogida. En marzo de ese mismo año, Winton comenzó a organizar el transporte en tren para niños de familias checo-judías en Praga, contactando a muchas personas de Gran Bretaña.
Los 669 niños salvados fueron enviados en un total de ocho trenes hasta Hook of Holland (Países Bajos), y desde allí completaron el viaje hasta Reino Unido en ferry. La historia de estos niños no fue conocida hasta finales de los
años 80 y fue develada gracias a Grete, esposa de Winton, quien encontró en el ático listas con nombres de niños
anotadas en cuadernos. Sir Nicholas Winton recibió las mayores condecoraciones, tanto de Inglaterra como de
República Checa, luego de 40 años de haberse conocido su empresa de salvar a esos niños.
Donde algo comienza y algo termina
De estos memoriales quizás lo que más impacta es la Memoria por los niños. Se trata de una memoria que intenta representar aquella separación tan dolorosa entre esos inocentes que no comprendían el horror de una guerra y sus familias que se resignaron ante tanto dolor.
Solemos escuchar que lugares como estaciones de trenes o aeropuertos son sitios donde algo comienza o termina.
En este caso, fue un lugar donde terminaba algo, pero también donde algo comenzaba, una oportunidad de
salvación para esos niños. Sin embargo, el transeúnte que mira estas obras en estos espacios no puede sentirse
menos que conmovido ante la memoria sobre los hechos acontecidos en el pasado que traen estos memoriales al
presente. Sus víctimas, los salvadores, las personas que permanecieron ajenas a los acontecimientos, el Holocausto
* Lic. en Letras. Estudios de Maestría en Enseñanza de Lengua y Literatura. Profesor de Alfabetización Académica, y de Lengua y Literatura en el Nivel Superior. Estudios en temática de Holocausto/Shoá. Reside actualmente en Praga, República Checa