Primer discurso de Ehud Olmert en funciones:

«Solo repartiendo la tierra salvaremos al sionismo»

El nuevo gobierno israelí, liderado por Ehud Olmert, planea amplias retiradas de Cijsordania y la división de Jerusalem devolviendo a manos árabes los barrios árabes de Jerusalem Oriental. Tras meses de virtual acefalía en Israel, Ehud Olmert asumió -finalmente- la jefatura oficial del gobierno israelí, este 4 de mayo, avalando la continuidad del plan de "desconexión" unilateral israelí como una alternativa viable si llegase a fracasar el intento de llegar a un acuerdo de paz en común acuerdo con los palestinos a través del ‘Mapa de Rutas’.

Por Shlomo Slutzky (Desde Israel)

La seriedad de la propuesta de Olmert a los palestinos estuvo demostrada, desde el mismo día de su asunción, por las declaraciones de Otniel Shneler -uno de líderes de los colonos hasta hace contados años y hoy diputado por Kadima creado por Ariel Sharón-. Shneler afirmó que «Israel está trazando planes para dividir Cijsordania y también Jerusalem. Israel cedería a los palestinos casi todos los barrios y poblados palestinos al este de Jerusalem, quedándose con las áreas judías y los lugares santos.
De acuerdo al plan, que Israel piensa concretar de modo unilateral si fracasan los esfuerzos por reanudar las negociaciones de paz, la Ciudad Vieja de Jerusalem, sus santuarios y las urbanizaciones adyacentes se regirán “por un régimen especial» pero seguirán bajo la soberanía israelí, dijo Schneller.
El plan de retirada de Olmert involucra el desmantelamiento de docenas de asentamientos israelíes con decenas de miles de colonos, que deberían trasladarse a territorio israelí o a concentraciones de varios grandes asentamientos en zonas de la Cisjordania que Olmert -como Sharón en el pasado- pretende retener en manos israelíes.
Horas antes de solicitar al Parlamento israelí el voto de confianza a su gobierno, Olmert proclamó que «la repartición de la tierra (entre israelíes y palestinos) es la salvación del sionismo», afirmando que «la existencia de asentamientos diseminados a lo largo de toda la Cisjordania crea una mezcla de poblaciones que amenaza la existencia de Israel como estado judío». Y agregó -como una prueba de su decisión de implementar el plan de retirada sin demasiada postergación- que: «fuimos claros en nuestras definiciones al respecto antes, durante e inmediatamente después de culminada la campaña eleccionaria en la que recibimos el aval del electorado para nuestro camino».
Olmert afirmó que Israel daría una chance a la Autoridad Palestina para resolver el conflicto en conversaciones de paz basadas en el mutuo reconocimiento (una condición que el gobierno del Hamas no acepta hasta el momento) pero que de ser necesario: «actuaremos sin el acuerdo de la Autoridad Palestina».

Esperanzas

Los portavoces del gobierno de Hamas afirmaron anoche que el discurso de Olmert no contiene nada nuevo, y que la decisión de mantener los asentamientos más grandes en Cisjordania demuestran que no existen una real voluntad israelí de alcanzar la paz.
Sin embargo, observadores políticos señalaron que en el campo palestino, más allá de las declaraciones oficiales, hay grandes expectativas respecto del gobierno de Ehud Olmert, pero también de su nuevo ministro de Defensa -el laborista- Amir Peretz. Este es conocido por su compromiso con la paz y el diálogo con los palestinos, y reemplaza al odiado Shaul Mofaz, quien es acusado por israelíes y palestinos de ser el responsable -primero como jefe de las FFAA y luego como ministro de Defensa- de haber tirado continuamente leña al fuego durante la Intifada palestina.
En una serie de declaraciones que adquieren peso de oficial, Olmert definió un camino hacia la paz a cambio de territorios y la coexistencia de un Estado hebreo junto a un Estado palestino, consignas que hasta hace pocos años eran levantadas sólo por sectores de la izquierda radical.
Pero fue justamente en un acto espontáneo donde se demostró la posibilidad de un nuevo camino en el diálogo político israelí. Poco después que Avigdor Liberman, el líder del partido ultranacionalista «Israel Patria Nuestra» llamara a ejecutar como traidores a la Patria a los diputados árabes israelíes que se habían encontrado con miembros del gobierno del Hamas, Olmert aprovechó su discurso de asunción en el Parlamento para proclamar que «todos quienes estamos en esta sala buscamos el bien del Estado de Israel y no hay nadie que pueda proclamarse a sí mismo más patriota que otros, ya sean judíos como no judíos».
De esta manera, otorgó Olmert una legitimidad a los generalmente excluidos parlamentarios árabes israelíes, que no se hubiera esperado de Olmert, hace apenas unos años atrás.