Para los organizadores, porque no descuidaron ningún detalle del espectáculo, incluso en su duración fue estricto cumpliendo con el tiempo pautado. Pocos y concretos discursos y mucha alegría y emoción aportada por un espectáculo cuidado en todos sus aspectos fue o más destacado de una verdadera noche festiva.
Sin embargo, y a pesar de los pocos que se detuvieron a observar las medidas de seguridad adoptadas, hombres de la Policía Federal se dedicaron a filmar, por ejemplo, a todos los concurrentes a la marcha previa organizada por la juventud que desfiló entre la Avenida Córdoba y las puertas de ingreso al Luna Park. ¿Seguridad o inteligencia interior? cabría preguntarse. ¿Habrán pensado que Bin Laden estaría camuflado entre la concurrencia?
¿Ustedes sabían -preguntó Nueva Sión al Presidente de la O.S.A., Manuel Junowicz- que la concurrencia iba a ser filmada?
No, no sabíamos y nos sorprende porque nadie nos avisó que fueran a hacerlo.
Si nadie lo sabía, de todos modos la acción fue tan evidente que bien hubieran podido, al menos, tratar de impedirlo. El límite entre seguridad e inteligencia interior es muy delgado y, ya sabemos, siempre se corta por lo más fino.
Una vez más, y en medio de esta fiesta, le tocó a la comunidad judía padecerlo.
Si alguna autoridad comunitaria quiere tomar las riendas en el asunto, damos a conocer uno de los momentos en los que se produjeron estas acciones por hombres que, en la esquina de Lavalle y la avenida Madero, filmaban alegremente a los concurrentes.