“Por algo será”, fue una frase que en el pasado nos costó 30.000 vidas a los argentinos. Pero “Por algo será” sigue siendo una frase que cuesta vidas. La justificación del terror, tiene todavía adeptos en la Argentina. Una nota aparecida en la revista ‘Caras y Caretas’ sobre el triunfo de Hamas, firmada por el periodista Horacio Eichelbaum, señala que la misma es una organización que “resiste” la ocupación israelí.
La “resistencia” no es otra cosa que terrorismo en su estado puro, asesinando israelíes, amenazando a Israel con “un baño de sangre”, y afirmando que “ningún judío en la Tierra se sentirá seguro”.
En rigor, la nota comienza proponiendo un “viaje al pasado”, curiosa apelación que puede encontrarse cada vez que se habla de Israel, pero que no aparece cuando se trata de un conflicto en el que interviene otro país (todavía nadie hablo de la legitimidad de Argentina en su conflicto con Uruguay, o viceversa).
Eichelbaum pareciera dividir el conflicto en una película de buenos y malos: Por un lado, el malo de Occidente, invasor de territorios, penetrador cultural, y provocador de Islam; por el otro, los buenos del Islam, que se defienden como pueden, de este monstruo, con sus pequeñas armas.
Y entre los malos, Israel ocuparía el papel del peor, el más ilegítimo: según el periodista, su nacimiento fue gracias a que “Occidente le dio como recompensa a los judíos de Israel por el Holocausto (…)”, obviando la intensa labor sionista desarrollada desde fines del siglo XIX.
Independientemente de los groseros errores históricos, en otro párrafo de la nota, ya no hay lugar a segundas lecturas, pues justifica abiertamente a los terroristas palestinos afirmando que los mismos “se refugian en sus creencias hasta hallar el arma más formidable y espantosa, el suicidio, la única que les queda para salvar la identidad, su mundo y la vida de los suyos”.
Al mismo tiempo, el autor pide que el mundo exija a Israel reconocer:
1. Que es ilegal
2. Que desarme su ejército
3. Que acabe con los “asesinatos de Estado”
4. Que reconozca un Estado palestino que “solo reconoció en sus papeles” y nunca dejó nacer. (¿Por qué detenernos en la negativa de Arafat a aceptar el Plan Mitchell, eso se tornaría aburrido, verdad?).
Parece verdaderamente inexplicable que una prestigiosa y centenaria revista como ‘Caras y Caretas’, en un gran número, 2.196, donde recuerda los crímenes de Estado producidos en nuestro país, incluya una nota que los justifique en otras latitudes.