De ese cerebro humano han surgido descubrimientos científicos, como el dominio de la energía atómica, la electricidad, la radio, la televisión, el desarrollo genético, Internet, los antibióticos, los viajes por el espacio, el avión, los autos, el ferrocarril, el teléfono, la computadora. La exquisitez de la música de Mozart, la genialidad de Miguel Ángel con una escultura como el Moisés, una pintura como La muerte del Conde de Orgaz de El Greco, libros como los de Cervantes, Shakespeare, Dostoievsky o García Márquez.
De un cerebro humano que pesa un kilo trescientos ochenta gramos en el hombre y un kilo doscientos cincuenta gramos en la mujer. El órgano más complejo del universo.
De ese cerebro humano surgió el más fantástico auxiliar operativo que aceleró los tiempos.
La computadora
Apenas seis meses habían pasado de ese acto de barbarie inconmensurable que fue el arrojar dos bombas atómicas sobre poblaciones civiles de Japón. El febrero de 1946 surge la primera computadora en EE.UU, el país que no trepidó un semestre antes en pulverizar dos ciudades en segundos. Se llamó ENIAC, Computadora e Integradora numérica electrónica). Comparar sus dimensiones y prestaciones con lo que conocemos en la actualidad, permiten advertir el vertiginoso avance tecnológico de las últimas seis décadas.
Cubría 1600 metros cuadrados. Pesaba 30 toneladas, tenía 17648 válvulas, 7500 interruptores, y 7000 condensadores y resistencias. Importantes equipos de aire acondicionado debían luchar contra el calor intenso que generaba la novedad. Podía realizar 5000 sumas y restas en un segundo y 300 multiplicaciones en el mismo tiempo. Notable para la época. Pero si se quiere comparar con una PC actual, ésta puede realizar cien millones de sumas y restas en un segundo.
A pesar de sus limitaciones comparadas con las prestaciones actuales, la ENIAC, resolvió en un tiempo reducido un problema de física que hubiera requerido un siglo de trabajo humano.
Contradicciones del cerebro humano
En el cerebro humano están la genialidad y la bajeza, la grandeza y la necedad, el altruismo y el horror, la vida y la muerte. Los sistemas económicos, los planes impuestos contra el más elemental sentido de razonabilidad, las clases sociales, concebidos desde un órgano de un kilo largo, expresan todas las contradicciones, las falacias de un planeta crecientemente desigual.
Cada 24 horas mueren de hambre en el mundo 100.000 personas, entre los cuales 30.000 son niños con menos de 5 años de edad.
La Tierra tiene algo más de seis mil millones de habitantes de los cuales casi la mitad (dos mil ochocientos millones según el Banco Mundial) viven en condiciones deplorables, con menos de dos dólares diarios. Al mismo tiempo las vacas de la Unión Europea reciben subsidios diarios de 2,67 dólares y una vaca japonesa 11,86 dólares.
En este contexto quién se puede extrañar que en Irak, invadido con argumentos reconocidos como falsos por la potencia invasora, donde su presidente fue reelegido después de demostrarse que condujo a su país a un conflicto con mentiras, lleva gastado en esta aventura petrolera más de ochocientos mil millones de dólares. Siendo la población iraquí de veinticuatro millones, esto significa que EE.UU podría haberle dado a cada habitante del país como obsequio treinta y cinco mil dólares.
Falacias I
Con los números es posible realizar demostraciones absurdas. Por ejemplo, imaginemos un país que tiene déficit comercial por cuarto año consecutivo (725.000 millones de dólares en el 2005) de cuenta corriente y presupuestaria. Su endeudamiento crece a un ritmo de más de dos mil quinientos millones de dólares diarios. Su PBI se incrementa entre el 3 y 4% anual y perdió en los últimos tres años millones de puestos de trabajo.
Ahora imaginemos otro país. Crece en los últimos años a una tasa promedio cercana al 9% anual. Pagó un porcentaje de su deuda y obtuvo una quita importante de la misma. Viene disminuyendo la desocupación, tiene superávit comercial, de cuenta corriente y presupuestaria
¿En cual de estos países invertiría? ¿Cual es el desarrollado y cual el subdesarrollado?
El primer país es EE.UU. El segundo es la Argentina.
Nuestro país ha crecido en los últimos tres años a tasas equivalentes a las Chinas. Sin embargo la desigualdad en la distribución del ingreso se incrementa. Como dirían las viejas profesoras de matemáticas: el crecimiento es condición necesaria pero no suficiente para mejorar la distribución.
De los aproximadamente catorce millones de personas que constituyen la población económicamente activa apenas un 30% está sindicalizada. De ellos 5,8 millones están en blanco, 5,2 millones están en negro, dos millones son desocupados y el resto empleados estatales. Mientras los trabajadores formalizados han tenido aumentos superiores a la inflación, un 8% aproximadamente, los trabajadores estatales y los informalizados han sufrido un fuerte deterioro, superior al 25%. Pero incluso la disminución del poder adquisitivo es mayor porque en los sectores de menores ingresos los gastos en alimentación se llevan la casi o la totalidad del ingreso. Por ejemplo, en febrero el índice de precios al consumidor aumentó el 0,5%, pero la canasta alimentaria el 1,1%.
Desde la devaluación, mientras el IPC (Índice de al Consumidor) creció hasta febrero un 77%, la canasta de alimentos lo hizo en un 107%. En el índice de precios al consumidor entran conceptos que han aumentado mucho menos que los alimentos como la educación privada que sólo lo hizo en un 36% y eso es un gasto típico de clase media. Al promediar conceptos que aumentan menos que los alimentos, cuya incidencia en la composición de la canasta representan sólo un 31,3%, la misma refleja claramente una composición de clases medias y altas. Si en cambio por el nivel de ingresos, los alimentos y bebidas no representan los teóricos 31,3% sino el 90 o el 100% de los ingresos, el incremento del costo de la vida para esa franja social es muy superior a lo que exterioriza el índice.
Paradojas reiteradas hasta el hartazgo: para los sectores de menores ingresos la inflación es muy superior a la oficial, porque la composición de la canasta no refleja sus consumos sino de otras franjas sociales. La garrafa, un típico gasto de los sectores más pobres, está desregulada y ha aumentado desde el 2001, un 150%. El gas natural, que llega fundamentalmente a las franjas de mejores ingresos, está regulado.
Lo considerado para esparcimiento (turismo, cine, diarios, revistas, teatros, etc) es estimado en un 9%, lo que contrasta con lo destinado a medicamentos, apenas un 4,1% o lo presupuestado para indumentaria y calzado, un 5,2%.
Cuatro millones y medio de personas viven en nuestro país con menos de dos pesos diarios. Para ellos la inflación es considerablemente mayor.
El sueldo promedio de los trabajadores en blanco es de $1000, aunque un 43% cobra salarios de bolsillo menores a $700,00. Los informales rondan los $400,00. Teniendo en cuenta que una canasta real, estaría superando los $1800,00, es fácil entender porque con mayor ocupación, más actividad e incremento del PBI, la matriz de distribución no mejora.
Mientras la desocupación en el sector formal se eleva, excluyendo los planes jefes y jefas de hogar a un 12,5%, en el sector informal redondea un 20%.
El otro ítem complicado hacia el futuro es la disminución de la desocupación. En los dos primeros años después del 2001, por cada 1% de incremento del PBI disminuía en 1% la tasa de desocupación. Ahora por cada 1% de incremento de la desocupación sólo baja 0,20% la desocupación. Esto queda expuesto en las siguientes cifras: en el 2003 consiguieron trabajo 750.000 personas en el 2004, 500.000 y en 2005, 400.000 personas.
Falacias II
El sistema impositivo, que es un instrumento de redistribución de la riqueza cuando es progresivo, actúa en sentido contrario cuando es regresivo como el nuestro. La venta de la empresa Quilmes concretada en mil doscientos millones de dólares no tributa un solo peso a la AFIP, porque las ganancias eventuales de capital no están sujetas a impuestos. En cambio un empleado que gane una cifra apenas superior a la canasta real tributa impuestos a las ganancias.
Se dice que el modelo surgido a la vera de la devaluación es productivo. Es innegable que si por un lado se trituraron los salarios, el dólar alto permitió una importante reactivación y una disminución considerable de la desocupación con trabajos mal remunerados y muchos en negro. Por eso resulta una incongruencia de una inequidad insultante que los intereses de plazo fijo, la renta de los títulos públicos, típicas inversiones financieras, estén exentos del impuesto a las ganancias.
De manera que no puede sorprender a nadie, que con ésta matriz distributiva, las diferencias entre el 10% más rico y el 10% más pobre llegue en la actualidad en todo el país a 32 veces. En 1974 era apenas de 12 veces. Pero si acotamos el análisis a la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, la diferencia se acrecienta a 35 veces.
De manera que pueden convivir inarmónicamente el crecimiento económico y el incremento de la desigualdad. Eso no queda explicado cuando los títulos de los diarios afirman: “Cuarenta meses seguidos de crecimiento industrial”. “La actividad económica creció más de lo esperado: 9,5% en febrero”.
La licuación de los salarios mejoró la rentabilidad empresaria. Además la transferencia es mayor porque la productividad laboral, es decir el volumen producido en promedio por un obrero industrial se ha incrementado en un 19% con relación al 2002.
El superávit fiscal se obtiene en un porcentaje significativo a través de un premeditado manejo de la inequidad. Como bien sostiene Daniel Muchnik en ‘Clarín’ del 3-04-2006: “El superávit se está logrando porque una gran parte de los jubilados sigue con los haberes congelados, los planes sociales se estancaron en $150,00 pesos, los sueldos públicos perdieron una cuarta parte de su poder adquisitivo, y los docentes tienen un piso laboral cercano al nivel de pobreza”.
El mantenimiento de la relación dólar-peso, ligeramente superior a tres pesos, tiene como contrapartida un incremento del endeudamiento con el objetivo de sacar de circulación los pesos que se vuelcan al mercado por la compra de dólares realizadas por el gobierno.
Por otra parte, el superávit comercial está basado en el monocultivo de la soja y en el petróleo, un recurso con reservas problemáticas.
Lo importante es la discusión que se hace con los excedentes, antes que la oportunidad histórica se aleje.
Bien lo decía el irónico Mark Twain: “Hay tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira, y las estadísticas”.
Contradicciones del cerebro humano II
El 48% de la población estadounidense apoyaría un ataque a Irán. Si esta agresión se ha demorado, es por la enorme resistencia iraquí. Bush se precipita hacia una terminación incierta o al menos muy dificultosa de su segundo y último mandato. Es posible que se esté analizando, dado la experiencia iraquí, la utilización de armas atómicas. El mismo cerebro humano que dominó la energía nuclear, el mismo que arrojó las primeras bombas nucleares sobre dos poblaciones civiles japonesas, sesenta y un año más tarde está considerando la misma alternativa. El mismo país que lo hizo por primera vez, parece encaminado a su repetición. Con Bush, su séquito y los poderosos intereses a los que sirven, todo es posible. Irán puede ser el campo donde se intente ejemplificar un gigantesco escarmiento. Las computadoras, ese genial invento del cerebro humano, deberán garantizar la precisión deseada.
Si, aunque parezca mentira o tremendista, esto es probable.
Es el mismo cerebro capaz de concebir hechos históricos que constituyen testimonios de lo mejor de los seres humanos. A mero título ejemplificativo, la rebelión de Espartaco, el Éxodo Jujeño, la lucha de Ghandi por la Independencia de la India, las acciones guerrilleras de Juana Azurduy, el coraje en los combates de Manuela Sáenz, la amante de Bolívar, la lucha de Nelson Mandela en Sudáfrica, la de Luther Martín King y sus marchas por los derechos civiles de los negros en EE.UU., el repliegue ruso, ante el avance nazi, dejando todo incendiado para evitar que algo le sirva al agresor, la lucha de los chicos palestinos en la primera Intifada, el desembarco de Fidel en Cuba, donde apenas sobreviven catorce guerrilleros. La gesta de las Madres de Plaza de Mayo, enfrentando un poder omnímodo, el levantamiento del Ghetto de Varsovia.
Como dice el Sub- Comandante Marcos: “Hay quienes esperan la aurora durmiendo y otros caminando”
Lo que une las contradicciones del cerebro humano, las falacias que se enarbolan, la computadora como auxiliar insustituible y archivo del conocimiento, es la apropiación de la riqueza del otro y de la moneda como exteriorización de la riqueza. Esa apropiación que determina la configuración de las clases sociales y la existencia de países centrales y periféricos.
Parábola judía
Cuenta una antigua alegoría judía que una vez un hombre rico fue a pedirle un consejo a un rabino.
El rabino lo tomó de la mano, lo acercó a la ventana y le dijo: “Mira”
El rico miró por la ventana a la calle
El rabino preguntó “¿Qué ves?
El hombre le respondió: “Veo gente”
El rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un espejo y le dijo: “¿Qué ves ahora?”
El rico le respondió: “Ahora me veo yo”
El rabino entonces reflexionó: “En la ventana hay vidrio y en el espejo hay vidrio. Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata. Y cuando hay un poco de plata, uno deja de ver a la gente y comienza a verse sólo a sí mismo”.