Alba Lanzilotto, de Abuelas de Plaza de Mayo nos transmitió “que nos devuelvan un pedacito de lo que nos han quitado para reconciliarnos con este dolor”; los nietos tiene derecho a saber sobre su verdadero origen.
Las Abuelas se conmueven al descubrir cómo surgen en sus nietos sueños, gestos, ganas de hacer cosas por los demás, como sus padres, al considerar que la política es una opción de servicio.
Fanny Mandelbaum, desde su mirada de periodista, recordó que las Abuelas eran consignadas (por la dictadura) como enemigas de los jóvenes y que los apropiadores encubrían con mentiras su condición; rechazó la decisión de considerar feriado el 24 de marzo para propulsar esa fecha como una jornada esclarecedora en las escuelas igual que con la Shoá.
Marcos Weinstein, de la Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos, nos habló de “familias amputadas”, de “cancelación de la simiente”, de asesinato de inspiración nazi, de idealistas comprometidos.
Afirmó que “la memoria es una postura ética” y recordó que “la peor maldad no es la maldad de los malos sino el silencio de los buenos”. También destacó la ausencia ética de Israel ante los desaparecidos judíos sólo en parte reparada, ante duros reclamos, muchos años después. Recordó una actitud similar de las instituciones comunitarias centrales y que la única que lo reparó fue la AMIA recién en 2004, bajo la presidencia de Abraham Kaul.
Laura Bonaparte, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, tiene tres hijos, dos nueras y un marido que ella no quiso considerar desaparecidos por considerar que esa palabra encubre ‘secuestro’ y ‘asesinato’.
¿Cómo se soporta tanto dolor siempre presente? La clave que nos legó fue que seamos solidarios ayudándonos los unos a los otros para sacar adelante al país, algo sólo posible con justicia.
Esta meta todavía no ha sido alcanzada ya que los militares no han sido enjuiciados ni castigados.
En síntesis, alcanzar las dos metas de justicia y equidad social son objetivos a reivindicar hasta el día de hoy como un modo de honrar a los muertos en una República que, aún, continúa herida.
Otros actos por el 24
Varias instituciones de la comunidad judía recordaron el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
En Córdoba, la Asociación Cultural Israelita de Córdoba, bajo la consigna ‘No nos han vencido. 30.000 razones para seguir luchando’ organizaron un acto recordatorio en el Cementerio Israelita Nuevo del Barrio San Vicente donde organizaron un homenaje a los judíos de la docta, desaparecidos a manos del terrorismo de Estado. En el cementerio comunitario se descubrió una placa en la que están inscriptos los nombres de las víctimas.
También se presentó un libro titulado ‘30 Años’, con la biografía de los desaparecidos cordobeses de origen judío.
En el Club Náutico Hacoaj, y considerado un hito histórico incluso dentro de la institución, se reconoció a los -hasta ahora detectados- 30 socios desaparecidos de dicha organización socio deportiva. Hacoaj, considerado uno de los clubes más importantes y poderosos de la comunidad mantuvo hasta ahora, como muchos otros, un fuerte silencio de radio acerca de este tema. Poco y nada se sabía de sus socios y socias comprometidos con los valores de la solidaridad y la justicia social imperantes entre la juventud en la década del ´70.
Cabe recordar que las instituciones comunitarias sirvieron (y funcionaron) como un ‘gran útero materno’ que cobijó y resguardó a las personas de los peligros de la sociedad revolucionada que imperaba en aquella época. Por eso, tal vez, el silencio que se prolongó más de la cuenta y evitó, incluso la debida y necesaria autocrítica.
Hacoaj la hizo el pasado domingo 2 de abril, día en el que culminó un proceso duro pero necesario que recorrió la institución. Trabajo interno que muchas organizaciones aún se deben y le deben a la comunidad judía en general con la DAIA, en particular, a la cabeza. La organización política techo de la comunidad, si bien, realizó su acto recordatorio, sigue sin realizar la consabida autocrítica requerida, entre otros, por los integrantes de la agrupación de Familiares de Desaparecidos Judíos.
La AMIA, por su parte, separándose nítidamente de la DAIA y sosteniendo la iniciativa inaugurada por Abraham Kaul, embanderó su edificio de la calle Pasteur con una bandera argentina que conllevaba en su centro la consigna ‘Nunca Más’.
Hebraica realizó una muestra alusiva y Convergencia, una charla con el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.